Frases de Mary Renault

Mary Renault
Fecha de nacimiento: 4. Septiembre 1905
Fecha de muerte: 13. Diciembre 1983
Mary Renault ,[3] cuyo nombre de nacimiento era Eileen Mary Challans,[1] fue una escritora británica naturalizada sudafricana, autora de numerosas novelas históricas ambientadas en la Antigua Grecia[4] y novelas de temática homosexual.[4] Falleció en la Ciudad del Cabo el 13 de diciembre de 1983,[3] a la edad de 78 años.[2]
Obras
Frases Mary Renault
„Se le ocurrió que nadie sino él miraría nunca desde sus ojos, que de entre todas las vidas en que podía haber vivido, más numerosas que lo imaginable, esta era la suya, clavada en este único punto del infinito; el resto siempre sería ajeno, él sería yo.“
— Mary Renault, libro El auriga
The Charioteer
„Algunas veces piensas una cosa pero tardas algo más en sentirla.“
— Mary Renault, libro El auriga
The Charioteer
„Encontrar a Fedro guiando a Sócrates casi al mismo sitio, quizá lo era, le había impresionado profundamente. El árbol de amplia copa, la verde ladera en que recostarse, el agua fría al pie; sólo faltaban las ofrendas votivas y el santuario. «Concededme ser hermoso por dentro ―había suplicado Sócrates― y haced que las cosas exteriores e interiores se reconcilien».“
— Mary Renault, libro El auriga
The Charioteer
„Siempre me ha parecido que una de las preguntas más absurdas del mundo es: «¿Estás salvado?». Para contestar uno ha de sonar o bien esquivo y derrotista o demasiado complaciente.
―Creo que yo dije que solo puede esperarse lo mejor, pero a ella le pareció evasivo.“
— Mary Renault, libro El auriga
The Charioteer
„Querida madre:
Me he enamorado. Ahora sé una cosa de mí mismo que hace años que sospechaba, si hubiera tenido la sinceridad de admitirlo. Debería sentir miedo y vergüenza, pero no es así. Puesto que no veo esperanza terrena alguna para esta relación, debería estar muy deprimido, pero no lo estoy. Ahora sé por qué nací, por qué me ha ocurrido todo lo que me ha ocurrido, por qué soy un tullido, porque ello me ha traído al lugar oportuno en el momento oportuno. De ser necesario volvería a pasarlo todo ahora que sé que era para esto.“
— Mary Renault, libro El auriga
The Charioteer
„«Máquina» es un término periodístico. Los términos inexactos como ese forman parte de la psicosis de la guerra. Las personas no son máquinas, aunque quieran serlo. Hay que empezar en alguna parte.
―Pero mientras tanto muchas personas inocentes van a sufrir.
―Lo sé, y eso es precisamente el quid de la cuestión. Podría decirse, y es cierto, que la guerra es como un bumerang y resulta imposible garantizar la seguridad de nadie a la larga.“
— Mary Renault, libro El auriga
The Charioteer
„Todavía no era lo suficientemente analítico para darse cuenta de que hay ciertos amores, y ciertas fases del amor, que solo producen la felicidad perfecta en sus pausas e intervalos, igual que el agua se vuelve cristalina cuando el avance de uno deja de removerla.“
— Mary Renault, libro El auriga
The Charioteer
„Quiero decir que la legitimidad de una cosa no viene determinada por la cantidad de valor que exige. Debió de requerir mucho valor asesinar a Abraham Lincoln, por ejemplo.
―Muy cierto. Yo diría que probablemente han sido más los individuos con complejos de inferioridad que han cometido delitos para demostrar su virilidad que incluso los que lo han hecho por dinero.“
— Mary Renault, libro El auriga
The Charioteer
„Nunca he entendido cómo llegaste tan lejos.
―Drogas. Drogado de pies a cabeza.“
— Mary Renault, libro El auriga
The Charioteer
„[…] y así les ocurre a los seguidores de los demás dioses. Cada hombre se esfuerza por honrar e imitar en su vida al dios a cuyo coro pertenecía, mientras permanece incorrupto en su primera encarnación; y en la manera que ha aprendido se muestra ante su amado y ante los demás.
Así, cada uno escoge de entre los hermosos un amor que corresponde a su índole; y entonces, como si su elegido fuera su dios, lo eleva y lo viste para la adoración […] y esta ansia por descubrir la esencia de su propio dios en sí mismos es recompensada, pues están obligados a mirar al dios sin vacilación, y cuando la memoria lo retiene, su respiración los inspira y comparten sus atributos y su vida, en la medida en que un hombre puede participar de la divinidad. Y por estas bendiciones dan gracias al amado y lo aman todavía más […] y llena el alma del amado […]
Por lo tanto está enamorado, pero no sabe de quién; no sabe qué le ha sucedido, no lo entiende. Se ve en su amante como en un espejo, sin saber a quién ve. Y cuando están juntos también él se ve liberado del dolor, y cuando están separados añora como él es añorado; pues reflejada en su corazón está la imagen del amor, que es la respuesta del amor. Pero lo llama y lo considera no amor sino amistad […]“
— Mary Renault, libro El auriga
The Charioteer