„Los cuatro hermanos Quiñones
a la lucha se aprestaron,
y al correr de sus bridones
como cuatro exhalaciones
hasta el castillo llegaron.
¡Ah del castillo! —dijeron—.
¡Bajad presto ese rastrillo!
Callaron y nada oyeron,
sordos sin duda se hicieron
los infantes del castillo.
¡Tended el puente, tendello!
Pues de no hacello, ¡pardiez!,
antes del primer destello
domaremos la altivez
de esa torre, habréis de vello…
Entonces los infanzones
contestaron: ¡Pobres locos!…
Para asaltar torreones,
cuatro Quiñones son pocos.
¡Hacen falta más Quiñones!“
— Pedro Muñoz Seca, La venganza de Don Mendo
La venganza de Don Mendo