Frases de Alberto R. Gonzales

Alberto R. Gonzales , es un abogado y político estadounidense. Fue el octogésimo Fiscal General de los Estados Unidos. Gonzales fungió como Consejero de la Casa Blanca durante el primer período de gobierno del Presidente George W. Bush y como Juez Asociado de la Corte Suprema del Estado de Texas .

Gonzales nació en San Antonio, Texas. Es el segundo de los ocho hijos de Pablo y María Gonzales, mexicanos que emigraron ilegalmente a los Estados Unidos de América. Su padre, que murió en 1982, era obrero de la industria de la construcción.

Se graduó con honores en la MacArthur High School de Houston, en 1973. Ese mismo año se alistó en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para un período de cuatro años de servicio, sirviendo por dos años en una base aérea de Fort Yukon, Alaska antes de ser aceptado en la Academia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en 1975. En 1977, él se trasladó a la Universidad Rice , donde él obtuvo una licenciatura en ciencia política en 1979; En 1982 se graduó como Doctor en Derecho en la Harvard Law School.

Gonzales fue el abogado de George W. Bush cuando éste era gobernador de Texas , y después fue instalado como secretario de estado y juez de la Suprema Corte de Texas. Gonzales acompañó a su jefe cuando éste ganó la presidencia para ser su abogado de la Casa Blanca y finalmente llegó a ser el primer "hispano" en encabezar el Departamento de Justicia como Fiscal General de los Estados Unidos.

El 25 de enero de 2002, Gonzales sostuvo que la llamada guerra contra el terrorismo "deja, a mi juicio, obsoleta las limitaciones estrictas de Ginebra sobre la interrogación de prisioneros enemigos". También argumentó que los derechos básicos garantizados por las leyes nacionales, incluso el habeas corpus, no eran aplicables a detenidos extranjeros e incluso estadounidenses declarados como "combatientes enemigos".

Fue objeto de duras críticas durante los últimos años por elaborar la justificación legal para anular derechos humanos codificados en leyes nacionales e internacionales para la llamada "guerra contra el terror". Su error fatal fue cuando engañó a legisladores sobre su papel potencialmente ilegal en el despido por motivos políticos de nueve fiscales federales, así como también su orden de espiar a estadounidenses sin una previa autorización judicial; algo que se volvió un escándalo político mayor para el gobierno de George W. Bush.

Alberto R. Gonzales anunció su renuncia como Fiscal General de los Estados Unidos la mañana del día 27 de agosto de 2007, la cual surtió sus efectos el 17 de septiembre de 2007, ello como consecuencia de los escándalos en torno al espionaje, la polémica destitución de nueve fiscales y las denuncias de torturas en Guantánamo y Abu Ghraib .[1]​

[2]​ Wikipedia  

✵ 4. agosto 1955
Alberto R. Gonzales Foto
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Alberto R. Gonzales: Frases en inglés

“President Washington, President Lincoln, President Wilson, President Roosevelt have all authorized electronic surveillance on a far broader scale.”

2006-02-06 Senate Judiciary Committee testimony http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2006/02/06/AR2006020600931.html.

“There is no express grant of habeas in the Constitution. There's a prohibition against taking it away.”

2007-01-17 Testimony during questioning http://www.sfgate.com/cgi-bin/article.cgi?f=/c/a/2007/01/24/MNGDONO11O1.DTL&ao=2 by Senator Arlen Specter.

“I consider myself a casualty, one of the many casualties of the war on terror.”

in an interview with the Wall Street Journal, December 31, 2008 http://www.time.com/time/quotes/0,26174,1869189,00.html.

“Torture is not tolerated by this country on the battlefield or off. Anyone who tortures or abuses a detainee tarnishes the service of every honorable student and soldier in this room today. The President has said this, and I will say it again: those who commit torture in the name of the United States government will be prosecuted. In any discussion of Guantanamo, detainees and military commissions, I think that one final fact helps put things in perspective — and that is the fact that members of al Qaeda are not merely common criminals. Some critics around the world have argued that they are “just” criminals, that their crimes somehow do not amount to war crimes. But here are the facts: al Qaeda seeks to employ weapons of mass slaughter as a means of achieving political goals against both the civilian and military capacity of the United States, Europe, and our allies throughout the world. Its members continue to fight our Armed Forces on battlefields around the world, and they will continue to do so until we stop them. Al Qaeda has committed acts on a scale that transcends mere crime, as recognized by NATO immediately after the attacks of September 11th. Their crimes are therefore nothing less than war crimes. Given the magnitude of the atrocities al Qaeda has committed, there can be no comparison between the crimes of its members and that of common civilian criminals.”

Speech regarding Civil Liberties and the War on Terrorism (November 20, 2006)