François de La Rochefoucauld: Citas de tendencias (página 2)

“La vejez es un tirano que prohibe, bajo pena de muerte, todos los placeres de la juventud.”

“Cómo pretendes que otro guarde tu secreto si tú mismo, al confiárselo, no lo has sabido guardar.”

“El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto.”

“No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay, ni fingirlo donde no lo hay.”

“Rehusar las alabanzas es desear ser alabado dos veces.”

“El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás.”

“La adulación es una moneda falsa que tiene curso gracias solo a nuestra vanidad.”

“Prometemos según nuestras esperanzas y cumplimos según nuestros temores.”

“La ausencia disminuye las pasiones mediocres y acrecienta las grandes, como el viento apaga las candelas y enardece el fuego”

“La imperiosa necesidad de subsistir no debe obligar a un hombre a renunciar a su dignidad.”

“La mayor parte de los héroes son como ciertos cuadros; para apreciarlos no hay que mirarlos demasiado cerca”

“A los defectos de la mente debemos darles la importancia que le damos a las heridas del cuerpo. Porque no importa cuantos cuidados se dispensen, al final unos y otras dejan cicatriz.”

“Amamos siempre a los que nos admiran, pero no siempre a los que admiramos.”

“A veces creemos odiar la adulación y lo que se odia es la manera de adular.”

“Confesamos nuestros pequeños defectos para persuadirnos de que no tenemos otros mayores.”

“El daño que hacemos no nos trae tantas persecuciones y odios como nuestras buenas cualidades.”

“El interés, que ciega a unos, deslumbra a otros.”

“El silencio es el partido más seguro para el que desconfía de sí mismo.”

“Es la prerrogativa de los grandes hombres tener sólo grandes defectos.”