Friedrich Nietzsche: Hombro (página 4)

“La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.”

“La mujer comprende al niño mejor que el hombre, pero el hombre es más niño que la mujer.”

“No es la fuerza de los nobles pensamientos sino su duración lo que hace superiores a los hombres.”

“Durante el sueño, el hombre, en las épocas de civilización y rudimentaria, aprende a conocer un segundo mundo real; tal es el origen de toda metafísica.”

“El error ha hecho al hombre bastante profundo, para hacer proceder de él las religiones y las artes.”

“Aun el hombre más razonable tiene necesidad de volver a la Naturaleza, es decir, a su relación fundamental ilógica con todas las cosas.”

“La brevedad de la vida humana conduce a muchas afirmaciones erróneas sobre las cualidades del hombre.”

“Hay derecho que nos permite tomar la vida de un hombre; no hay ninguno que nos permita tomar su muerte; es pura crueldad.”

“Cuando un hombre rebaja su talento únicamente para ponerse al nivel del lector, comete un pecado mortal que éste no le perdonará nunca, suponiendo, por supuesto, que se dé cuenta de ello. Puede uno decirle al hombre cosas atroces, pero enalteciendo su vanidad.”

“El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre — una cuerda sobre un abismo.”

“La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta: lo que en el hombre se puede amar es que es un tránsito y un ocaso.”

“Al hombre le ocurre lo mismo que al árbol. Cuanto más quiere elevarse hacia la altura y hacia la luz, tanto más fuertemente tienden sus raíces hacia la tierra, hacia abajo, hacia lo oscuro, lo profundo — hacia el mal.”

“Lo que nosotros reconocemos en un hombre, eso lo hacemos arder también en él.”

“Dos cosas quiere el hombre auténtico: peligro y juego. Por ello quiere a la mujer: el más peligroso de los juegos.”

“Así el hombre ha de ser para el superhombre irrisión o penosa vergüenza.”

“En el fondo del alma el hombre es tan sólo maligno, pro la mujer es allí puede ser mala.”

“Entre los hombres siempre serás un extraño.”

“Zaratustra salió de su cueva ardiente y fuerte como el Sol cuando sale detrás de montañas oscuras, y dijo al Sol –radiante astro- ¿qué sería de tu dicha si no tuvieses aquellos para los que brillas?- y si permaneciesen encerrados en sus cuartos en tanto ya estás levantado y vienes a obsequiar y repartir, ¡cómo se encolerizaría tu orgullosa vergüenza! Pues bien, duermen todavía esos “hombres superiores” en tanto yo estoy levantado. No son ellos los que espero aquí en mi montaña.”

“Las religiones tienden a conservar estos casos abortivos y a desterrar a los fuertes, hacer sospechosa la felicidad. Su objetivo es convertir al hombre en un aborto sublime.”