Giovanni Papini: Citas de tendencias (página 6)

“Si mi filosofía es filosofía -de todos modos es siempre una reflexión sobre la vida humana- puedo llamarla 'sincerismo', o sea, esfuerzo para manifestar la verdad más allá de cualquier mito, ilusión, máscara o engaño, aunque sea útil e ideal.”

“La caridad es la más poderosa de las apologías.”

“Para obtener el perdón de Cristo, no basta el remordimiento, que puede ser efecto del miedo, ni la obediencia a su Iglesia, que puede ser dictado por el beneficio.”

“Aquel que piensa en inmensas conquistas queda siempre por debajo de la intemperante magnificencia de su concepción.”

“Hemos contraído el empeño de ser hombres y las más de las veces resultamos bestias mal desuñadas o muchachos caducos.”

“Lo deseo y lo convertido en realidad no combinan jamás ni pueden combinarse: la porción no recubierta, más grande que la otra, es el eterno pasivo de los quebrantos titánicos.”

“La vida es una sucesión de fracasos casi nunca declarados pero casi siempre escondidos bajo los emplastos de los compromisos. Por el solo hecho de nacer asumimos un compromiso que no puede ser satisfecho -tal vez ni siquiera con la muerte-.”

“Cada uno tiene el derecho -para no decir el deber- de ofrecer a Dios lo poco que tiene.”

“El Amor tiene dos caras y una de ellas es tremenda, tan grande es su semejanza, a los ojos de los tímidos y de los tibios, con la del odio.”

“Sólo cuando se trata de una ofensa no dirigida a Cristo por los anticristianos sino a nosotros personalmente, entonces estamos pronto y dispuestos a presentar la otra mejilla.”

“Todos lo conocen, muchos lo leen, nadie lo sigue. Se llama el EVANGELIO DE JESUCRISTO.”

“La vida es siempre y dondequiera, fuga y liberación, desaprisionamiento, excarcelación, brote y explosión. Todas las vidas, todos los momentos de todas las vidas.”

“Todo viviente ha de ser el escultor de sí mismo y merecer la vida con el laceramiento de lo que lo cubre y envuelve.”

“Quien tiene fuerzas, roba; quien tiene armas, mata; quien está seguro de la impunidad, se hace ladrón y asesina. No hay otra moral que la de los lobos, otro código que el de los buitres.”

“Por ahora, sólo nuestras palabras son propias de titantes, pero nuestras obras son de hormigas y topos. Incluso las termitas nos pueden dar lecciones de grandeza. El hombre moderno, a pesar de su jactancia, piensa como Gulliver y no se da cuenta que vive al nivel de Liliput.”

“Lo que indefinida y vertiginosamente cambia no tiene consistencia ni realidad, es tránsito perpetuo, y no sustancia.”

“¿Qué era lo que yo quería aprender? ¿Qué quería hacer? No lo sabía. Ni programas ni guías: ninguna idea concreta. De acá o de allá, este u oeste, en profundidad o en altura. Solamente saber, saber todo. —He aquí la palabra de mi desastre: ¡todo!”

“Entonces Don Quijote comprendió de qué clase de paño estaban hechas las mujeres, sin excluir las que parecen angelicales, y cobró odio hasta contra la poesía que tan poca ayuda le había prestado”