“confirma mis sospechas de que los hemos”

Los juegos del hambre

Última actualización 22 de mayo de 2020. Historia
Temas
sospecha
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Suzanne Collins 121
escritora y guionista estadounidense 1962

Citas similares

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“Yo sospecho, sospecho siempre.”

Umberto Eco (1932–2016) escritor y filósofo italiano

Número Cero

“Lo sospeché desde un principio.”

Roberto Gómez Bolaños (1929–2014) actor y productor mexicano

Frases de "El Chapulín Colorado"

“La promiscuidad es el preliminar de la sospecha”

Valérie Tasso (1969) escritora y sexóloga francesa

Citas de Antimanual de sexo

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“No sospecho de nadie, pero desconfío de todos.”

Cantinflas (1911–1993) actor mexicano

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“No hay verdadero amor donde hay alguna sospecha.”

Francisco de Quevedo (1584–1645) escritor español

Fuente: [Bosch], María José. La danza de las emociones: Vives como sientes. Editorial EDAF, 2009. ISBN 978-8-44-142117-2, p. 76.

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“La mujer de César debe estar por encima de la sospecha.”

Julio César (-100–-44 a.C.) líder militar y político de la República romana tardía

Literal.
Según Plutarco: «La mujer de César no debe estar ni siquiera bajo sospecha».
Según cuenta Plutarco en sus Vidas paralelas, un patricio romano llamado Publio Clodio Pulcro, dueño de una gran fortuna y dotado con el don de la elocuencia, estaba enamorado de Pompeya, la mujer de Julio César. Tal era su enamoramiento, que en cierta ocasión, durante la fiesta de la Buena Diosa —celebración a la que sólo podían asistir las mujeres— el patricio entró en la casa de César disfrazado de ejecutante de lira, pero fue descubierto, apresado, juzgado y condenado por la doble acusación de engaño y sacrilegio. Como consecuencia de este hecho, César reprobó a Pompeya, a pesar de estar seguro de que ella no había cometido ningún hecho indecoroso y que no le había sido infiel, pero afirmando que no le agradaba el hecho de que su mujer fuera sospechada de infidelidad, porque no basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo. La expresión, con el tiempo, comenzó a aplicarse en todo caso en el que alguien es sospechado de haber cometido alguna ilicitud, aún cuando no hubiera dudas respecto de su inocencia, en la forma «No basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo».
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