“Abrasar y consumir a quien la siente es una condición innata de la pasión. Aunque su vivificante fuego también puede despertar del mortecino letargo a esas almas solitarias y afligidas que yacen en el gélido vacío de la frustrante soledad no elegida.”

“despertar pasiones solo es atributo de quien en sí mismo siente el fuego pasional.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

“Ya no puedo recibir de estas soledades trágicas nada más que un poco de pureza vacía.”

Jean Paul Sartre (1905–1980) filósofo, escritor y activista francés

“Leemos, creo, para reparar nuestra soledad, aunque en la práctica cuanto mejor leemos más solitarios nos volvemos.”

Harold Bloom (1930–2019) Crítico y teórico literario estadounidense

Sin fuentes

“¿Qué soledad es más solitaria que la desconfianza?”

George Eliot (1819–1880) novelista inglesa

Sin fuentes

“La soledad es el estado propio del genio y del elegido.”

Charles Baudelaire (1821–1867) poeta y crítico de arte francés

“La educación y las formas son la antesala decorada de los contenidos. Aunque detrás de un vestíbulo elegante y suntuoso, a veces solo hay una estancia vacía, fea, gélida y hostil.”

José Luis Rodríguez Jiménez

“No hay en la naturaleza una pasión tan fuerte, tan demoníaca, como esta de quien, al borde de un precipicio, siente la necesidad de arrojarse al vacio”

𝘝𝘦𝘯𝘶𝘴₍ᐢ..ᐢ₎

“Si en la madurez gozas de una vida segura y cómoda, pero vives frustrado y cautivo en una relación opresora, vacía y sin emoción, no renuncies a sentir de nuevo la dulce y placentera ilusión del amor. ¡Siempre hay tiempo para despertar del letargo y hacer de los sueños realidad!”

José Luis Rodríguez Jiménez

“Hará falta más que unos libros para despertar a nuestra infeliz patria, señores míos. Alguna sacudida mayor que despierte de su letargo a ese pueblo miserable y digno de lástima, al”

Arturo Pérez-Reverte libro Hombres buenos

Hombres buenos

“Así como existe el vicio solitario, existe también la virtud solitaria; y lo es la avaricia, pasión absorbente, la más desinteresada de las pasiones, aquella que exige una abnegación, a veces, de magnitud heroica.”

Francisco Ayala (1906–2009) escritor español

Fuente: Elogio a la avaricia. Mi cuarto a espadas. Francisco Ayala. Edición reimpresa. Editorial El País, 1976. ISBN 9788403910096. Página 264.