“El estímulo de la promiscuidad sexual impregna nuestro mapa genético, y sigue siendo un factor determinante para la supervivencia de la especie humana. Por ello, conviene asumirlo, graduarlo y adaptarlo, no reprimirlo ni castrarlo, ya que demonizarlo es atentar contra la raíz de nuestra propia naturaleza.”
Última actualización 26 de agosto de 2024.
Historia