Citas del libro
Los condenados de la tierra

Frantz Fanon Título original Les Damnés de la Terre (Francés)

Los condenados de la tierra fue el último libro que escribió Frantz Fanon. Se publicó en 1961 en Francia acompañado de un prefacio de Jean Paul Sartre y fue traducido al español en 1963 por Julieta Campos . Los condenados de la tierra es un diagnóstico psiquiátrico, político, cultural e histórico de la colonización en Argelia particularmente y en África en general, además de constituir un llamado al Tercer Mundo a emprender la lucha descolonizadora, es decir, a crear un hombre nuevo. El libro también es la culminación de las obras de Fanon –discípulo de Aimé Césaire–, una adaptación de la teoría marxista al contexto colonial, y precursor de los estudios poscoloniales. "Enarbolado por la oposición a la guerra de Argelia, por la impugnación a un sistema colonial ya moribundo, recién animada la exaltación de la lucha armada por la victoria en Cuba de los rebeldes castristas; predicando un Tercer Mundo revolucionario, coronado por el prefacio de un Sartre entonces en el apogeo de su influencia y de su gloria, el libro se propagó como reguero de pólvora. En 1961, año del golpe de Estado en Argel y la apertura de las negociaciones de Evian, Fanon, gravemente enfermo de leucemia, trabaja febrilmente en el manuscrito. François Maspero apenas tiene tiempo para llevarle el primer ejemplar de Los condenados de la tierra. Habiendo ingresado en octubre en la clínica de Bethesda, Maryland, cerca de Washington D.C., Franz Fanon muere a principios de diciembre de 1961. Tiene 36 años. Su gloria, esta vez, es inmediata".[1]​


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“Todo espectador es un cobarde o un traidor.”

Los condenados de la tierra, Frantz Fanon, 1961, p. 182.

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“El mundo colonial es un mundo en compartimientos.”

Los condenados de la tierra, Frantz Fanon, 1961, p. 32.