Jordi Sierra i Fabra: Citas de tendencias

“El tiempo siempre suele dar una perspectiva distinta de las cosas…”

“Pienso que en la vida solamente tienes dos opciones: o intentar ser feliz, o morirte de asco. Yo intento ser feliz.”

“El amor es la más injusta de las emociones. No te deja vivir, y al mismo tiempo te impide morir.”

“Te haré sentir todos los placeres, pero no puedo hacerte pensar.”

“¿Cuántos silencios existían? ¿El de un bosque, el del mar en un día plácido, el de un bebé dormido? ¿El de la desesperación final?”

“Estar enamorado es como pisar la Luna. Te crees que eres el primero, pero en 1969 por allí ya se paseó un tal Neil Armstrong. ¿Y qué más da? Cada cual tiene su luna. Cada cual es dueño de su propio universo sentimental. Por eso, el amor es único.

No se puede vivir con él, porque te ahoga, pero es imposible vivir sin él, porque te mata.”

“Decían que el tiempo lo curaba todo. Y era cierto. Y era falso. Los vivos no se curan. Los vivos no olvidan. Solo se recolocan. Aprenden a vivir de otra forma, aceptando el dolor como parte del nuevo presente y el nuevo futuro.”

“¿Por qué deberías olvidarme sin un día me amaste?”

“La vida es el ruido entre dos silencios.”

“Siempre has sido especial, no voy a mentirte.
- Yo me siento diferente, pero no especial.
- Diferentes somos todos. Especiales hay pocos.”

“Sé fuerte, sé fuerte, pero después cede y rómpete.”

“Y el amor real, el verdadero, se basa en el hecho de que el otro ame todavía más que uno mismo gracias a ello.”

“El amor es un sueño para dos, en el que frecuentemente uno sueña y el otro se deja soñar.”

“El primer amor no se olvida. O sí. ¿Se podía ser feliz con una persona manteniendo a otra en algún lugar secreto del corazón?”

“La vida se les caía encima y ellos miraban todo con ojos de no entender por qué.”

“A veces la vida era como una canción. Durante tres minutos, perfecta.”

“Ése es el sentido de la vida, de la partida. No rendirse.
No rendirse jamás.”

“El tiempo perdido. Los jóvenes no sabían que eso era imposible. Que se nace con un cheque en el que está apuntada la duración de la vida y que, segundo a segundo, minuto a minuto, hora a hora, día a día… se va gastando, sin vuelta atrás.”

“Todo el que crea un monstruo, tarde o temprano ha de destruirlo, o el monstruo le destruye a él.”