
“No existe el azar, Dios no juega a los dados.”
La ayuda recíproca y desinteresada no es un acto de suerte, decía el sabio Einstein, "No existe el azar. Dios no juega a los dados", es decir, en la ayuda mutua existe una causa, por tanto considerarle causalidad es más justo que tildarle de suerte o casualidad.
Cuenta en su libro "El mundo es tuyo, pero tienes que ganártelo" el exitoso hombre de empresa: Kim Woo Choong, lo siguiente: (Palabras más, palabras menos) La ayuda mutua es una de las más valiosas fortalezas entre empresas en Corea de Sur, no existe competencia, sino un compartir de esfuerzos, de allí el vertiginoso avance en materia de desarrollo.
“No existe el azar, Dios no juega a los dados.”