“Nébel había sido visto ya por ella; pero no importaba. Lidia llegó cuando él estaba de pie. Avanzó a su encuentro, los ojos centelleantes de dicha, y le tendió un gran ramo de violetas, con adorable torpeza.”
Cuentos de Amor de Locura y de Muerte
Horacio Quiroga 49
cuentista, poeta y dramaturgo uruguayo 1878–1937Citas similares

“Nébel fijó entonces atentamente los ojos en la hermosa criatura. Era una chica muy joven”
Cuentos de Amor de Locura y de Muerte

“No hay amaneceres violetas sin ojos que los reflejen, ni largos caminos sin pies que los recorran”
Una madre

“Hay violetas en tus ojos y las armas apuntandote hay rosas en mis piernas y las balas rodeandote”
Fuente: Canción Honeymoon

Fuente: Vía Crucis
Fuente: Josemaría Escrivá de Balaguer, Vía Crucis, Ed. Rialp, 1981: Estación VI, 5.

Citas propias