“La pureza de la inocencia y la virtud virginal son un atávico e irresistible inductor de la libido humana. Y es que el universo instintivo no está concebido para aceptar códigos éticos o preceptos legales. De ahí nuestros conflictos morales, complejos y aberraciones.”
Última actualización 26 de agosto de 2024.
Historia