
“El gobierno debería establecerse de modo que ningún hombre pueda temer a otro.”
En una disputa entre Castruccio con un embajador del rey de Nápoles por cuestiones de prisioneros, en la que el embajador le dijo: «Entonces, ¿no temes al rey?» a lo que repuso: «¿Vuestro rey es bueno o malvado?» cuando le respondió el embajaro que era bueno, Castruccio replicó con la frase.
“El gobierno debería establecerse de modo que ningún hombre pueda temer a otro.”
Original: «But what man's mind can conceive, man's character can control. Then we needn't be afraid of tomorrow and man can go forward toward more light!»
Fuente: The New Yorker, volumen 66, números 7-15. Editorial New Yorker Magazine, Incorporated, 1990. p. 30.
“El hombre que no teme a las verdades, nada debe temer a las mentiras.”
“Si crees que yo soy bueno, espera ver a mi sobrino.”
“Desde que los hombres perdieron el temor a Dios, pasaron a temer a las cámaras.”
“No hay nada que temer. He tocado fondo. No puedo caer más bajo que tu corazón.”
“«No hay hombre bueno que no pueda ser mejor, ni hombre malo que no pueda ser peor».”
Sin fuentes