“Soy el Rey de Roma y estoy por encima de la gramática.”

“Simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros”

Gabriel García Márquez (1927–2014) modelo de bigotes

Discurso Botella al mar para el dios de las palabras http://www.mundolatino.org/cultura/garciamarquez/ggm6.htm

“¿Sabes como ve CUATRO el Rey Booker? Poniendo cuatro teles, una encima de otra.”

Héctor del Mar (1942–2019) locutor de radio y televisión español de origen argentino

“El que no esta con Roma, sus leyes y sus libertades, está contra Roma.”

Cicerón (-106–-43 a.C.) jurista, político, filósofo, escritor y orador romano

“Cuando estés en Roma compórtate como los romanos.”

Agustín de Hipona (354–430) ideólogo cristiano de los siglos IV y V

Fuente: Echeverría Villar, Jose Antonio. Así me veo por mi mala cabeza. Editorial Lulu.com, 2009. ISBN 9781409299363, p. 13.

“Roma no paga a traidores.”

Cepión

Frase pronunciada cuando los asesinos contratados volvieron a reclamar su recompensa.
Cita

“Tampoco creo en la moral: la moral es la gramática del deseo.”

Alejandra Pizarnik (1936–1972) poeta argentina

Diarios: edición definitiva

“Roma ha hablado, la cuestión está cerrada.”

Agustín de Hipona (354–430) ideólogo cristiano de los siglos IV y V

Original en latín: Roma locuta est, causa finita est.
Fuente: Orlandis, José. El pontificado romano en la historia. Editorial Palabra, 1996. ISBN 9788482397290, p. 56.

“Oh Roma! mi país! ciudad del alma!”

George G. Byron (1788–1824) escritor británico

“España, evangelizadora de la mitad del orbe; España martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio…; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad; no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los arévacos y de los vectores o de los reyes de taifas.”

Marcelino Menéndez Pelayo (1856–1912) escritor, filólogo, crítico literario e historiador español

“El rey llega y yo me muero, ¡viva el rey!”

Juan Prim (1814–1870) presidente del Consejo de ministros y capitán general de los ejércitos nacionales

Frase que supuestamente dijo justo antes de morir, antes de la llegada a España de Amadeo de Saboya.