Pablo d'Ors: Citas de tendencias (página 3)

“Los mismos libros transmiten mensajes distintos no sólo según quién sea su lector sino dónde se lean. Si el carácter o temperamento de los hombres llega a transformarse según vivan en un sitio o en otro, si cambia incluso su aspecto físico según se habite en el campo o en la ciudad, ¿por qué va a ser diferente con los libros?”

“Tanto más miedo tiene un hombre cuanto mayor es su fantasía.”

“Los intelectuales, los verdaderos intelectuales, tienen siempre demasiadas objeciones para entregarse a cualquier cosa, idea, persona o libro.”

“La ventaja de los días ordinarios es que son maternos. Los días de fiesta, en cambio, cuando no hay que ir al trabajo, nadie sabe bien qué hacer, y entonces el tiempo es aún más tiempo.”

“La melancolía no es un momento: es un talante, un estado: el estado de gracia que requiere la escritura.”

“Lo malo de ser escritor es que es más importante la escritura que la vida.”

“Todos los escritores son viciosos mundanos que tienen ganas de vivir fuera del mundo.”

“Sólo los estúpidos concilian el sueño como los niños. Los hombres conscientes no pueden cerrar los ojos y olvidarse de los demás, olvidarse de que ahí afuera, fuera de las sábanas y de la cama, hay un mundo que grita, que llora, que hace el amor y la guerra, que se declara la guerra y el amor, y que repite esta historia diminuta e insignificante sin parecer cansarse jamás.”

“Éste es el mejor regalo para un escritor: no que le lean, sino que le subrayen, que el lector se haga escritor y escriba alguna nota marginal. Entonces, cuando esto sucede, es la felicidad. El escritor casi nunca sabe si eso sucede o no, pero vive, se desvive, para la posibilidad de esa felicidad.”

“La ventaja del hogar sobre cualquier otro sitio es que es el espacio en que no hay sensación de espacio. Lo bueno del hogar es que todo es allí tan común que nada se siente. Es tan dulce estar sin sentir, ser sin estar, no ser siquiera para no tener que escribir.”