“A la luz de los débiles y fantásticos rayos que despedía la lámpara, Fernando pasó una especie de inventario de cuanto le rodeaba, y quedó maravillado del buen gusto, elegancia y sobriedad allí reunidos; era pues un dormitorio como hubiera podido desear una joven duquesa de veinte años, puesto que nada anunciaba en ella la mujer de situación equívoca. Todo lo mas que hubiera podido suponerse, era que aquella vivienda pertenecía a una hada de las descritas en las Mil y una Noches.”
Fuente: Luisa la Baccarat: nuevos misterios de París. Segunda parte. Pierre Alexis Ponson du Terrail. Editorial Libr. Popular-Económica, 1882. Página 6. https://books.googleusercontent.com/books/content?req=AKW5QaccCTcFPcRfXmxTUp3gOZBuzJo3MF8jBqtbi-zgwIbZ-HtCFxdYB4LQZlp84v8Qpd6qp3Blo1SXOjWTWiilbN-YmrXPC43jlu30jFQv1ystrNEes48BZYYEDFwQg7T3xO5gALM_vc-ieZMO7PT8ecEq3tpUxf9hBop6eUjj7CX7da_dP4HY45GgYBzpVbnrdB7Aq09H-DtVS_cR_8_sVDfa0ixw-QSfTw9-UcZe9FFfEgPQ4K2fK26xHqtRgs-DUzCAiX5d
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“Desear a la mujer de tu prójimo no es pecado, es tener buen gusto.”
Sin fuentes