A Karl Malone, jugador rival apodado El Cartero, el domingo 1 de junio de 1997, en el primer partido de las finales de la NBA de ese año entre Chicago Bulls y Utah Jazz.
Con el encuentro empatado y a punto de finalizar, Pippen se dirigió con esta frase a Karl Malone, que disponía de dos tiros libres. Este comentario de Pippen desquició a Malone, que falló los dos lanzamientos. Inmediatamente después Michael Jordan anotó la canasta que dio la victoria a los Bulls. La frase de Pippen se recuerda como uno de los "trash-talk" (comentarios para provocar al rival) más irritantes y efectivos de la historia del deporte.
Fuente: El Mundo http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2010/11/03/portada/1288806913.html