Frases de Juan Rulfo
Juan Rulfo
Fecha de nacimiento: 16. Mayo 1917
Fecha de muerte: 7. Enero 1986
Otros nombres: Խուան Ռուլֆո, خوآن رولفو, ხუან რულფო
Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, conocido como Juan Rulfo[nota 1] , fue un escritor, guionista y fotógrafo mexicano, perteneciente a la generación del 52.[5] La reputación de Rulfo se asienta en dos libros: El Llano en llamas, compuesto de diecisiete relatos y publicado en 1953, y la novela Pedro Páramo, publicada en 1955.
Juan Rulfo fue uno de los grandes escritores latinoamericanos del siglo xx. En sus obras se presenta una combinación de realidad y fantasía cuya acción se desarrolla en escenarios rurales y posrevolucionarios de México. Sus personajes representan y reflejan la tipicidad del lugar con sus grandes problemas socio-culturales enhebradas con un mundo quimérico. La obra de Rulfo, y sobre todo Pedro Páramo, es el parteaguas de la literatura mexicana que marca el fin de la novela revolucionaria, lo que permitió las experimentaciones narrativas, como es el caso de la generación del medio siglo en México o los escritores pertenecientes al boom latinoamericano.
Obras
Frases Juan Rulfo
„«Hace mucho tiempo que te fuiste, Susana. La luz era igual entonces que ahora, no tan bermeja; pero era la misma pobre luz sin lumbre, envuelta en el paño blanco de la neblina que hay ahora. Era el mismo momento. Yo aquí, junto a la puerta mirando el amanecer y mirando cuando te ibas, siguiendo el camino del cielo; por donde el cielo comenzaba a abrirse en luces, alejándote, cada vez más desteñida entre las sombras de la tierra.
»Fue la última vez que te vi. Pasaste rozando con tu cuerpo las ramas del paraíso que está en la vereda y te llevaste con tu aire sus últimas hojas. Luego desapareciste. Te dije: "¡Regresa Susana!"»
Pedro Páramo siguió moviendo los labios, susurrando palabras. Después cerró la boca y entreabrió los ojos, en los que se reflejó la débil claridad del amanecer.
Amanecía.“
— Juan Rulfo, libro Pedro Páramo
Pedro Páramo
„Pero los caminos de ella eran más largos que todos los caminos que yo habia andado en mi vida y hasta se me ocurrió que nunca terminaría de quererla.“
— Juan Rulfo, libro Pedro Páramo
Pedro Páramo, El Llano en llamas y otros textos
„Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace.“
— Juan Rulfo, libro Pedro Páramo
Pedro Páramo
„El día que te fuiste entendí que no te volvería a ver. Ibas teñida de rojo por el sol de la tarde, por el crepúsculo ensangrentado del cielo; Sonreías. Dejabas atrás un pueblo del que muchas veces me dijiste: ‘Lo quiero por ti; pero lo odio por todo lo demás, hasta por haber nacido en él’. Pensé: ‘No regresará jamás; no volverá nunca.“
— Juan Rulfo, libro Pedro Páramo
Pedro Páramo
„Y ustedes y yo y todos sabemos que el tiempo es más pesado que la más pesada carga que puede soportar el hombre.“
— Juan Rulfo, libro Pedro Páramo
Pedro Páramo, El Llano en llamas y otros textos
„Yo sé cómo le brillaban antes los ojos como si fueran charcos alumbrados por la luna. Pero de pronto se destiñeron, se le borro la mirada como si la hubieran revolcado en la tierra.“
— Juan Rulfo, libro Pedro Páramo
Pedro Páramo, El Llano en llamas y otros textos
„No existe ningún recuerdo por intenso que sea que no se apague…“
— Juan Rulfo, libro Pedro Páramo
Pedro Páramo
„Oía de vez en cuando el sonido de las palabras, y notaba la diferencia. Porque las palabras que había oído hasta entonces, hasta entonces lo supe, no tenían ningún sonido, no sonaban; se sentían; pero sin sonido, como las que se oyen durante los sueños.“
— Juan Rulfo, libro Pedro Páramo
Pedro Páramo
„Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en plan de prometerlo todo. «No dejes de ir a visitarlo -me recomendó-. Se llama de otro modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte.» Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.“
— Juan Rulfo, libro Pedro Páramo
Pedro Páramo