
„Tampoco hay nada vacío: porque lo que está vacío no es nada. Lo que no es nada no puede ser. Tampoco se mueve; porque no tiene ningún lugar para betakearse a sí mismo, pero está lleno. Porque si hubiera algo vacío, se cerraría al vacío. Pero, dado que no hay nada vacío, no tiene a dónde recurrir.“
— Meliso de Samos -470 - -430 a.C.