Citas del libro

La tregua

“Y padecen la más horrible variante de la soledad: la soledad del que ni siquiera se tiene a sí mismo.”

“Pero resulta que ya no quero que me vendan sueños ajenos si no sensillamente que se cumplan los mios!”

“Entonces sentí una tremenda opresión en el pecho, una opresión en la que no parecía estar afectado ningún órgano físico, pero que era algo asfixiante, insoportable. Ahí, en el pecho, cerca de la garganta, ahí debe estar el alma, hecha un ovillo.”

“El plan trazado es la absoluta libertad. Conocernos y ver qué pasa, dejar que corra el tiempo y revisar. No hay trabas.”

“Pero no era la felicidad, era sólo una tregua".”

“Así estamos, cada uno en su orilla, sin odiarnos, sin amarnos, ajenos.”

“Pero con ella instalada en mi existencia, ya no habrá más soledad. Es decir: ojalá que no haya.”

“Pero, en definitiva, ¿qué es Lo Nuestro? Por ahora, al menos, es una especie de complicidad frente a los otros, un secreto compartido, un pacto unilateral.”

“La verdadera división de las clases sociales habría que hacerla teniendo en cuenta la hora en que cada uno se tira de la cama”

“Si alguna vez me suicido, será en domingo. Es el día más desalentador, el más insulso. Quisiera quedarme en la cama hasta tarde, por lo menos hasta las nueve o las diez, pero a las seis y media me despierto solo y ya no puedo pegar los ojos. A veces pienso qué haré cuando toda mi vida sea domingo.”

“Lo qué uno quiere de verdad, es lo que está hecho para uno; entonces hay que tomarlo, o intentar: En eso se te puede ir la Vida, pero es una vida mucho mejor…”

“si Dios es sólo la energía que mantiene vivo el Universo, si es algo tan inconmensurablemente infinito, ¿qué puede importarle de mí, un átomo malamente encaramado a un insignificante piojo de su Reino?”

“Sé que piensas en mi. ¿Verdad que piensas?”

“Una de las cosas mas agradables de la vida: ver como se filtra el sol entre las hojas”

“¿Por qué las palmas de mi mano tienen una memoria más fiel que mi memoria?”

“Hay que lograr que se despierte en los demás la vergüenza de sí mismos, que se sustituya en ellos la autodefensa por el autoasco. El día en que el uruguayo sienta asco de su propia pasividad, ese día se convertirá en algo útil.”

“A veces me siento desdichada, nada más que de no saber qué es lo que estoy echando de menos.”

“Se es o no se es, no importa el día.”

“Cuántas palabras, sólo para decir que no quiero parecer patético.”