Citas del libro

Loving Sabotage

“Platón califica el cuerpo de pantalla, de cárcel, y le doy cien veces la razón, salvo en el caso de las niñas. Si Platón hubiera sido niña durante un solo día, habría sabido que el cuerpo puede ser todo lo contrario: el instrumento de todas las libertades, el trampolín de los más deliciosos vértigos, la rayuela del alma, la píldora de las ideas, joyero de virtuosidad y de velocidad, única ventana del pobre cerebro.”

“Que una enorme parte de mala fe se mezclara con mi indignación no contradice el fondo de la cuestión”

“La libertad no se cuantificaba en metros cuadrados disponibles. La libertad consistía en estar por fin a merced de nosotros mismos”

“Si me obstino, significa que tengo razón, piensen lo que piensen los demás.”

“Y cuando una niña es guapa, y cuando una niña es hermosa, el mayor poeta de Italia le dedica toda su obra, un inmenso lógico inglés pierde la razón por ella, un escritor ruso huye de su país para bautizar con su nombre una novela peligrosa, etc. Porque las niñas pueden llevar a la locura.”

“¿Quieres que cometa sabotaje conmigo misma? Es maravilloso. Es digno de ti y digno de mí”

“Principio según el cual una persona que me había enseñado a atarme los cordones de los zapatos no podía decir cualquier cosa”

“¿Acaso todavía hay mentes lo bastante ingenuas para pensar que las teorías sirven para ser creídas?”

“Hay que amar al enemigo pero no decírselo”

“La amé desde el primer segundo. ¿Cómo explicarlo? Nunca había pensado en amar nada. Nunca había imaginado que la belleza de alguien pudiera suscitar en mí sentimiento alguno. Y, no obstante, todo se había activado en el mismo instante en el que la vi por primera vez, con una inexorable autoridad: era la más hermosa, luego la amaba, luego se convertía en el centro del mundo.”

“En este mundo, nadie es indispensable salvo el enemigo”

“El error es como el alcohol: uno enseguida se da cuenta de que ha ido demasiado lejos, peor en lugar de tener la sensatez de detenerse para limitar las secuelas, una especie de rabia cuyo origen es ajeno a la ebriedad le obliga a continuar. Ese furor, por raro que pueda parecer, podría llamarse orgullo: orgullo de clamar que, pese a todo, hacíamos bien en beber y teníamos razón al equivocarnos. Persistir en el error o en el alcohol adquiere entonces, categoría de argumento, de desafío a la lógica”

“Las teorías sirven para irritar a los filisteos, para seducir a los estetas y para que los demás se rían”