“My loyalty to my party ends where my loyalty to my country begins.”
As quoted in John Gunther's Inside Asia. (1939)
Manuel Luis Quezón y Molina[2] fue un jurista, militar, político y estadista filipino, que obtuvo una preponderancia en el ámbito político de las Filipinas, siendo el primer presidente de la Mancomunidad de Filipinas; cargo que ocupó el desde el 15 de noviembre de 1935 hasta su muerte, el 1 de agosto de 1944. El 31 de diciembre de 1941 había sido reelegido en el cargo. Se lo considera el segundo presidente de Filipinas, después de Emilio Aguinaldo, cuya administración no recibió reconocimiento internacional.
De ascendencia mestiza, Manuel Quezón comenzó su senda hacia la vida pública, al participar del proceso de independencia de Filipinas, del lado de los Estados Unidos, sirviendo como militar y funcionario público, tras lo cual se encumbró en una carrera política que eventualmente lo llevó a ser el líder de la mayoría parlamentaria en la Cámara de Representantes de Filipinas, siendo posteriormente senador y presidente del Senado Filipino, además de la primera persona en ejercer dicho cargo, así como también fue comisionado residente de las Filipinas.
Su carrera política y prestigio, acabaron llevándolo a la presidencia de la Mancomunidad Filipina, ostentándola durante nueve años, durante los cuales se enfocó en consolidar a las Filipinas como nación, decretando la reorganización de las Fuerzas Armadas de Filipinas, aprobando un proceso de reorganización gubernamental, impulsando el comercio en Filipinas mediante tratados y medidas económicas, además de proponer una reforma agraria y llevar a cabo una lucha contra la corrupción y tratando de fortificar las instituciones del país.
Tras la invasión japonesa a Filipinas, durante la Segunda Guerra Mundial, Quezón estableció un Gobierno en el exilio, ubicado en Estados Unidos, desde donde luchó y trató de hacer presión para obtener el apoyo internacional necesario y confrontar a los japoneses, no obstante; falleció de tuberculosis en Nueva York, antes de ver a su patria liberada. En un giro irónico de la historia, sería el general Douglas MacArthur, quien fuese el asesor designado por Quezón para la reorganización del ejército filipino en 1936, quien lograría la liberación de Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial.
En 2015 el Consejo Directivo de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg aprobó la entrega póstuma de la Medalla Wallenberg al presidente Quezón y al pueblo de Filipinas por haber ayudado, entre 1937 y 1941, a las víctimas del holocausto. El presidente Benigno Aquino III, y María Zeneida Quezón Avanceña, hija del expresidente y de 94 años de edad, fueron debidamente informados sobre este reconocimiento.
Wikipedia
“My loyalty to my party ends where my loyalty to my country begins.”
As quoted in John Gunther's Inside Asia. (1939)
Speech on Civil Liberties http://www.officialgazette.gov.ph/1939/12/09/speech-of-president-quezon-on-civil-liberties-december-9-1939/, delivered on the occasion of the interuniversity oratorical contest held under the auspices of the Civil Liberties Union at the Ateneo auditorium, Manila, on December 9, 1939
Variante: I would rather have a government run like hell by Filipinos than a government run like heaven by Americans
Contexto: It is true, and I am proud of it, that I once said, “I would rather have a government run like hell by Filipinos than a government run like heaven by Americans.” I want to tell you that I have, in my life, made no other remark which went around the world but that. There had been no paper in the United States, including a village paper, which did not print that statement, and I also had seen it printed in many newspapers in Europe. I would rather have a government run like hell by Filipinos than a government run like heaven by any foreigner. I said that once; I say it again, and I will always say it as long as I live.
As quoted in Ambeth R. Ocampo's Chulalongkorn's Elephants: The Philippines in Asian History, Looking Back 4 (2011)