Mariano José de Larra: Frases de hombres

Mariano José de Larra era escritor, periodista y político español (1809-1837). Explorar las citas interesantes en hombres..
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“El corazón del hombre necesita creer algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer.”

Fuente: Artículo La Noche Buena de 1836. Yo y mi ciado (1) Delirio filosófico. Obras completas de Fígaro. Mariano José de Larra. Editado en la Imprenta de Yenes, 1843. Página 207. https://books.google.es/books?id=xLp5kwW5lLEC&pg=PA188&dq=Aqu%C3%AD+yace+media+Espa%C3%B1a,+muri%C3%B3+de+la+otra+media.+Larra&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjz1-KO-J3gAhWJyIUKHUn6Bu8Q6AEIKDAA#v=onepage&q=El%20coraz%C3%B3n%20del%20hombre%20necesita%20creer%20algo%2C%20y%20cree%20mentiras%20cuando%20no%20encuentra%20verdades%20que%20creer&f=false

“Por grandes y profundos que sean los conocimientos de un hombre, el día menos pensado encuentra en el libro que menos valga a sus ojos, alguna frase que le enseña algo que ignora.”

Variante: Por grandes y profundos que sean los conocimientos de un hombre, el día menos pensado encuentra en el libro que menos valga a sus ojos, alguna frase que le enseña algo que ignora
Fuente: Palomo Triguero, Eduardo. Cita-logía. Editorial Punto Rojo Libros,S.L. ISBN 978-84-16068-10-4. p. 138.

“Preciso es que sean muy malos los hombres si obligan a pensar tan mal de ellos.”

Fuente: Citado en Guadalices: Novela por microfinturas. Damián Galmés Cerezo. Editorial Pragmata, 2014. ISBN 9788897792857.

“Tú buscas la felicidad en el corazón humano, y para eso le destrozas, hozando en él, como quien remueve la tierra en busca de un tesoro. Yo nada busco, y el desengaño no me espera a la vuelta de la esperanza. Tú eres literato y escritor, y ¡qué tormentos no te hace pasar tu amor propio, ajado diariamente por la indiferencia de unos, por la envidia de otros, por el rencor de muchos! Preciado de gracioso, harías reír a costa de un amigo, si amigos hubiera, y no quieres tener remordimiento. Hombre de partido, haces la guerra a otro partido; a cada vencimiento es una humillación, o compras la victoria demasiado cara para gozar de ella. Ofendes y no quieres tener enemigos. ¿A mí quién me calumnia? ¿Quién me conoce? Tú me pagas un salario bastante a cubrir mis necesidades; a ti te paga el mundo como paga a los demás que le sirven. Te llamas liberal y despreocupado, y el día que te apoderes del látigo azotarás como te han azotado. Los hombres de mundo os llamáis hombres de honor y de carácter, y a cada suceso nuevo cambiáis de opinión, apostatáis de vuestros principios. Despedazado siempre por la sed de gloria, inconsecuencia rara, despreciarás acaso a aquellos para quienes escribes y reclamas con el incensario en la mano su adulación; adulas a tus lectores para ser de ellos adulado; y eres también despedazado por el temor, y no sabes si mañana irás a coger tus laureles a las Baleares o a un calabozo.”

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