“No podía obligarle a quedarse; sólo podía ayudarle a marcharse.”

“con una perseverancia que sólo podía entenderse por el amor”

Gabriel García Márquez libro Del amor y otros demonios

Del amor y otros demonios

“El amor podía llegar de repente, sin presentirlo, del sitio más inesperado, y quedarse un tiempo antes de alejarse hacia un lugar inalcanzable.”

Edward Rutherfurd (1948) escritor británico

París

“Obrando con razón y justicia, sólo se podía llegar a un resultado.”

Ayn Rand (1905–1982) filósofa y escritora estadounidense

La Rebelión de Atlas

“La gente le hablaba de aeropuertos y lavadoras, pero él sólo podía pensar en huracanes.”

Ray Loriga (1967)

Héroes

“Se podía quedar con sus brillantes ojos azules. Se podía quedar su hipócrita sonrisa y… y mi beso. ¡Eso es! Se podía quedar eso, también. ¡Jamás, jamás volvería a hablar con él!”

Wendelin Van Draanen Flipped

Flipped

“¿Por qué lo que era inteligente para Martín era feo y peligroso para Catalina? Si Martín podía, Catalina podía y yo era Martín y Catalina al tiempo, de donde se infería, aunque costara de entender, que lo que un hombre podía poner en ejecución también podía ponerlo una mujer.”

Matilde Asensi libro Venganza en Sevilla

Venganza en Sevilla

“Sabía lo rápido que podían romperse las cosas. Hacías todo lo que podías. Te ocupabas del mundo. Confiabas en estar a salvo. Pero aun así, ella lo sabía. Podía llegar aplastándolo todo, y no podías hacer nada.”

Patrick Rothfuss libro The Slow Regard of Silent Things

The Slow Regard of Silent Things

Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?

“Podía escuchar mi corazón latir. Podía escuchar el corazón de todos. Podía escuchar el ruido humano que hacíamos allí sentados, ninguno de nosotros nos movíamos, ni siquiera cuando la habitación se oscureció.”

Raymond Carver (1938–1988) Poeta y cuentista estadounidense

“El amor había fallado. El amor era una emoción a través de la cual podías a veces gozarte a ti mismo. No podía dar frutos.”

E.M. Forster libro Maurice

Maurice

“Cuando podía escaparme de la prisión de la escuela, era libre; podía vagar sola, a la orilla del mar, y seguir mi fantasía.”

Isadora Duncan (1877–1927) bailarina y coreógrafa estadounidense