“No quieres inmortalidad porque lo dudas, sino porque la temes.”
“Hombre mal persuadido de la elocuencia de tus vicios, no eches la culpa de tu error a tu muerte, sino a tu vida. No quieres inmortalidad porque lo dudas, sino porque la temes. Vives como bestia porque no rehúsas de merecer los castigos eternos; y por no padecerlos no admites la eternidad, como si esto excluyera la inmortalidad de tu alma. Engañaste como los necios que dicen que todo es vida hasta la muerte, y lo que llamas muerte su último y menor instante.”
Fuente: [Quevedo] (1772), Tomo II, p. 256.
Fuente: Fragmentos de la providencia de Dios. Tratado I, inmortalidad del alma
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Sin fuentes
La explicación que ofrece referente al alma resulta confusa. No está muy claro qué quiso indicar con tales palabras. Posiblemente al tiempo que se aferraba a algunas doctrinas bíblicas, trataba también de ganarse las simpatías de sus contemporáneos con ideas filosóficas paganas.
“La primera condición para la inmortalidad es la muerte.”
Fuente: [Albaigès Olivart] (1997), p. 415
Fuente: Pensamientos mal pergueñados (1966)
Fuente: [Machado] (1968), p. 133