Sin fuentes
Tyndale trabajó en casa de sir John Walsh como preceptor de sus hijos. Durante las comidas que ofrecía Walsh, el joven Tyndale y los clérigos del lugar solían entablar combates dialécticos. Tyndale desafiaba con toda naturalidad las opiniones de estos abriendo la Biblia y mostrándoles textos. Con el tiempo, a los Walsh les convenció lo que decía Tyndale, y a los clérigos cada vez se les invitaba con menos frecuencia y se les recibía con menos entusiasmo. Como es natural, los eclesiásticos se resintieron más con Tyndale y sus creencias. Un alto jerarca eclesiástico afirmó "Mejor nos iría sin la ley de Dios que sin la del Papa", a lo que Tyndale respondió las anteriores palabras .