“Muchos de los que lucharon por estar en el candelero, acabaron colgados de una farola.”

“Muchos que quisieron traer luz, fueron colgados de un farol.”

Stanisław Jerzy Lec (1909–1966) escritor polaco

“Urdaci, dimissió, de 'La Farola' director.”

Alfredo Urdaci (1959) periodista español

“La soledad es un farol certeramente apedreado.”

Ángel González (1925–2008) poeta (1925-2008)

En Palabra sobre palabra (antología de 1972)
Fuente: Página 182, poema "En tí me quedo", de Palabra sobre palabra.

“Las nubes de luciérnagas entre los árboles iluminaban la avenida del mar con un resplandor fosforescente más intenso que el de los faroles.”

Gabriel García Márquez (1927–2014) modelo de bigotes

“Nunca más me estrellaré contra un farol (pero algunas estrellas proyectadas por la violencia de aquel choque resplandecen aún hermosamente en mi noche)”

Virginia Woolf libro Las olas

The Waves

“La luz vaporosa de las farolas de las Ramblas - como el primer chupetón a un caramelo Sugus- siempre le había parecido una de esas cosas por las que vale la pena vivir un día más.”

Carlos Ruiz Zafón libro El laberinto de los espíritus

El laberinto de los espíritus

“Alzan la tibia cabeza hacia las lámparas del salón, los tres soles inmóviles de su día, ellos que aman la luz porque su noche no tiene luna ni estrellas ni faroles.”

Julio Cortázar libro Bestiario

Bestiario

“En la partida de póquer de la vida, la mayoría intenta apostar con la mejor jugada, aunque otros optan por arriesgarse con un farol. En ambos casos, la incertidumbre y la ansiedad del resultado está garantizada.”

José Luis Rodríguez Jiménez

“Díjole el diablo a cien ciegos y a mil extranjeros ilegales ¡trabajaré con más firmeza que nunca para la regeneración de nuestro comunismo! Y cuando los mil ilegales se comieron hasta los cables de las farolas… Los cien ciegos recobraron la vista en medio de un estercolero de muertos.”

EmilyBs

“Cuando el sol se levantaba, abría los ojos, se cepillaba los dientes, se vestía con lo primero que encontraba, subía al tren, iba a la universidad y tomaba apuntes en clase. Simplemente se movía en función del horario que tuviera que cumplir, como quien se agarra a una farola ante la acometida de un vendaval. No hablaba con nadie salvo que fuera necesario y, una vez de vuelta en su apartamento, apoyado contra la pared de su dormitorio, reflexionaba sobre la muerte, sobre lo que significaba no estar vivo.”

Haruki Murakami libro Los años de peregrinación del chico sin color

Colorless Tsukuru Tazaki and His Years of Pilgrimage