Frases de Antonio de Padua
Antonio de Padua
Fecha de nacimiento: 15. Agosto 1195
Fecha de muerte: 13. Junio 1231
San Antonio de Padua, también conocido como san Antonio de Lisboa , fue un sacerdote de la Orden Franciscana, predicador y teólogo portugués, venerado como santo y doctor de la Iglesia por el catolicismo.
Su capacidad de prédica era proverbial, al punto de ser llamado «Arca del Testamento» por Gregorio IX. Las citas bíblicas en los Sermones dominicales y Sermones festivi —ambas obras de su autoría acreditada— superaron el número de seis mil, lo que supone un nivel de conocimiento escolástico que justifica el título específico que se le adjudicó, doctor evangélico. Sus predicaciones —en particular la de la Cuaresma de 1231— alcanzaron un éxito notable. Sus palabras y obras ante la multitud de personas que acudían a escucharlo fue recogida con el lenguaje propio de la época en Assidua, la primera biografía de Antonio de Padua, escrita por un autor anónimo contemporáneo suyo:
Reconducía a la paz fraterna a los desavenidos, [...] hacía restituir lo sustraído con la usura y la violencia [...]. Liberaba a las prostitutas de su torpe mercado, y disuadía a ladrones famosos por sus fechorías de meter las manos en las cosas ajenas [...]. No puedo pasar por alto cómo él inducía a confesar los pecados a una multitud tan grande de hombres y mujeres, que no bastaban para oírles ni los religiosos, ni otros sacerdotes, que en no pequeña cantidad lo acompañaban.
Antonio de Padua fue el segundo santo más rápidamente canonizado por la Iglesia, tras san Pedro Mártir de Verona. Es uno de los santos católicos más populares y su culto se encuentra extendido universalmente. Su festividad se celebra el 13 de junio.
Frases Antonio de Padua
Fuente: Frase tomada de los sermones de la cuaresma.
Fuente: Fratte Francesco http://www.fratefrancesco.org/pens/antonio.htm.
Sin fuentes
„Solicitude for material things rends the soul; thus distracted, it divides it. The devil seizes the divided soul and thereby kills it.“
Sollicitudo mentem distrahit, distractam dividit, divisam diabolus rapit, et sic animam interficit.
Sermon for the Fifteenth Sunday after Pentecost (Part II: De sollicitudine expellenda, par. 7)
Sermons
„The saints are like the stars, who, in His providence, Christ hides under a seal, lest they appear whenever they wish. Instead, they are always ready to disembark from the quiet of contemplation into the works of mercy at the time decided upon by God, whenever their heart should hear the word of command.“
Stellae sunt sancti, quos Christus sub signaculo suae providentiae claudit, ne appareant quando velint, semper parati ad tempus a Deo statutum, ut, cum audierint aure cordis vocem iubentis, a secreto contemplationis egrediantur ad opera necessitatis.
Sermon for the Fifth Sunday after Easter (Part III: De Christi omnium scientia, par. 10)
Sermons
„Just as the root feeds the tree, so humility feeds the soul. The spirit of humility is sweeter than honey, and whoever is fed by this sweetness produces fruit.“
Sicut radix portat arborem, sic humilitas animam. Spiritus humilitatis est super mel dulcis, quo qui regitur dulcia poma facit.
Sermon for the Eighth Sunday after Pentecost (Part II: De bonae arboris fructificatione et de malae arboris excisione, par. 10)
Sermons