Lucio Anneo Seneca: Frases de vida

“La vida es una obra teatral que no importa cuánto haya durado, sino cuánto bien haya sido representada.”

“No es la escuela la que nos enseña, sino la vida.”

“Todo el mundo aspira a la vida dichosa, pero nadie sabe en qué consiste.”

“En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto.”

“Niego que las riquezas sean un bien: pues si lo fuesen, harían hombres buenos; ahora bien, como lo que se encuentra entre los malos no puede llamarse un bien, les niego ese nombre. Por lo demás, concedo que han de tenerse, que son útiles y proporcionan grandes comodidades a la vida.”

“Enséñame lo limitado de mi tiempo, porque el bien de la vida no radica en su extensión sino en su uso.”

“Brevísima y llena de congoja es, en cambio, la vida de los que olvidan el pasado, no se cuidan del presente y temen el porvenir.”

“En la perfección de nuestra razón consiste toda la felicidad de nuestra vida.”

“Es feliz, por tanto, el que tiene un juicio recto; es feliz el que está contento con las circunstancias presentes, sean las que quieran, y es amigo de lo que tiene; es feliz aquel para quien la razón es quien da valor a todas las cosas de su vida.”

“Ingrato es quien niega el beneficio recibido; ingrato es quien lo disimula, más ingrato es quien no lo devuelve, y mucho más ingrato quien se olvida de él.”

“La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy.”

“Los deseos de nuestra vida forman una cadena, cuyos eslabones son las esperanzas.”

“Quien no ha recibido un mordisco en el corazón no sabe lo que es la vida.”

“Sea ésta la regla de nuestra vida: decir lo que sentimos, sentir lo que decimos. En suma, que la palabra vaya de acuerdo con los hechos.”

“Por esto los antiguos recomendaron seguir la vida mejor, no la más agradable, de modo que el placer no sea el guía, sino el compañero de la voluntad recta y buena. Pues es la naturaleza quien tiene que guiarnos; la razón la observa y la consulta. Si conservamos con cuidado y sin temor nuestras dotes corporales y nuestras aptitudes naturales, como bienes fugaces y dados para un día, si no sufrimos su servidumbre y no nos dominan las cosas externas; si los placeres fortuitos del cuerpo tienen para nosotros el mismo puesto que en campaña los auxiliares y las tropas ligeras (sirven para servir, no mandar), sólo así son útiles para el alma.”

“Súfranse todas las cosas con suavidad de ánimo, siendo más humana.”

“Te diré cuál es el verdadero placer y de dónde viene: de la buena conciencia, de las rectas intenciones, de las buenas acciones, del menosprecio de las cosas del azar, del aire plácido y lleno de seguridad, de la vida que siempre pisa el mismo camino.”