Mijaíl Bulgákov: Puede

Mijaíl Bulgákov era escritor de la Unión Soviética. Explorar las citas interesantes en puede..
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“¡Adelante, lector! ¿Quién te ha dicho que no puede haber amor verdadero, fiel y eterno en el mundo, que no existe? ¡Que le corten la lengua repugnante a ese mentiroso!”

Variante: ¡Adelante, lector! ¿Quién te ha dicho que no puede haber amor verdadero, fiel y eterno en el mundo, que no existe? ¡Que le corten la lengua repugnante a ese mentiroso!
Fuente: El Maestro y Margarita.
Fuente: El Maestro y Margarita. Mijaíl Bulgákov. Editorial Penguin Random House Grupo Editorial España, 2014. ISBN 9788499924571. https://books.google.es/books?id=KOcXBAAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=El+Maestro+y+Margarita+Portada+Mija%C3%ADl+Bulg%C3%A1kov+Penguin+Random+House+Grupo+Editorial+Espa%C3%B1a,+5+jun.+2014+-&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwj1tcSe0cXgAhXMxIUKHb3nD-EQ6AEIKDAA#v=onepage&q=A%20Margarita%20Nikol%C3%A1yevna%20no%20le%20faltaba%20el%20dinero.%20Pod%C3%ADa%20satisfacer%20todos%20sus%20caprichos.%20Entre%20los%20amigos%20de%20su%20marido%20hab%C3%ADa%20personas%20interesantes.&f=false

“¿Qué, no le gustan mis poemas? -preguntó Iván con curiosidad.
-No, nada, en absoluto.
-¿Los ha leído?
-¡No he leído nada de usted! -exclamó nervioso el desconocido.
-¿Entonces, por qué lo dice?
-¡Es lógico! -respondió- ¡Como si no conociera a los demás! Claro, puede ser algo milagroso. Bueno, estoy dispuesto a creerle. Dígame, ¿sus versos son buenos?
-¡Son monstruosos! -respondió Iván con decisión y franqueza.
-No escriba más -le suplicó el visitante.
-¡Lo prometo y lo juro! -dijo muy solemne Iván. Refrendaron la promesa con un apretón de manos.”

The Master and Margarita
Variante: ¿Qué, no le gustan mis poemas? -preguntó Iván con curiosidad.
-No, nada, en absoluto.
-¿Los ha leído?
-¡No he leído nada de usted! -exclamó nervioso el desconocido.
-¿Entonces, por qué lo dice'
-¡Es lógico! -respondió- ¡Como si no conociera a los demás! Claro, puede ser algo milagroso. Bueno, estoy dispuesto a creerle. Dígame, ¿sus versos son buenos?
-¡Son monstruosos! -respondió Iván con decisión y franqueza.
-No escriba más -le suplicó el visitante.
-¡Lo prometo y lo juro! -dijo muy solemne Iván. Refrendaron la promesa con un apretón de manos.