“Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería.”
Fuente: Palomo Triguero, Eduardo. Cita-logía. Editorial Punto Rojo Libros,S.L. ISBN 978-84-16068-10-4, p. 197.
Otto Eduard Leopold von Bismarck-Schönhausen, príncipe de Bismarck y duque de Lauenburgo, nacido Junker Otto Eduard Leopold von Bismarck, más conocido como Otto von Bismarck fue un estadista y político alemán, artífice de la unificación alemana y una de las figuras clave de las relaciones internacionales durante la segunda mitad del siglo XIX. Durante sus últimos años de vida, se le apodó el «Canciller de Hierro» por la determinación con la que perseguía sus objetivos políticos,[n. 1] fundamentalmente la creación y el mantenimiento de un sistema de alianzas internacionales que aseguraran la supremacía y seguridad del Imperio alemán.[1]
Estudió Derecho y, a partir de 1835, trabajó en los tribunales de Berlín y Aquisgrán, actividad que abandonó tres años más tarde para dedicarse al cuidado de sus posesiones territoriales.[2] En 1847 entró a formar parte del parlamento prusiano,[2] donde muy pronto se convirtió en líder del ala conservadora.[2] Se enfrentó duramente a la revolución de 1848 y por esa época comenzó a perfilar lo que sería su principal objetivo político: la unificación de Alemania y la creación del Reich desde preceptos autoritarios y antiparlamentarios.[3] En 1862, tras ser nombrado ministro-presidente de Prusia, emprendió una importante reforma militar que le permitió disponer de un poderoso ejército para llevar a cabo sus planes de unificación alemana.
En 1864 consiguió arrebatar a Dinamarca los ducados de Lauenburgo, Schleswig y Holstein y, dos años más tarde, después de la guerra con Austria, consiguió la anexión de Hesse, Fráncfort, Hannover y Nassau,[4] lo que dio lugar a la creación de la Confederación Alemana del Norte, con Bismarck como canciller.[5] Por último, la guerra con Francia supuso la adhesión de Baviera, entre otros Estados y en 1871 se proclamó el Segundo Imperio alemán en el Palacio de Versalles de París.[6] Bismarck se convirtió en ministro-presidente de Prusia y canciller.[6] Durante los diecinueve años que se mantuvo en el poder, mantuvo una política conservadora, enfrentándose inicialmente a los católicos y combatiendo a la socialdemocracia.[1] Fue también el organizador de la Triple Alianza, con Italia y Austria-Hungría, creada en 1882 para aislar a Francia.
La política interior de Bismarck[7] se apoyó en un régimen de poder autoritario, a pesar de la apariencia constitucional y del sufragio universal destinado a neutralizar a las clases medias . Inicialmente gobernó en coalición con los liberales, centrándose en contrarrestar la influencia de la Iglesia católica y en favorecer los intereses de los grandes terratenientes mediante una política económica librecambista;[1] en 1879 rompió con los liberales y se alió con el Partido del Centro católico, adoptando posturas proteccionistas que favorecieran el crecimiento industrial alemán.[1] En esa segunda época centró sus esfuerzos en frenar el movimiento obrero alemán, al que ilegalizó aprobando las Leyes Antisocialistas, al tiempo que intentaba atraerse a los trabajadores con la legislación social más avanzada del momento.[1]
En política exterior,[7] se mostró prudente para consolidar la unidad alemana recién conquistada: por un lado, forjó un entramado de alianzas diplomáticas destinado a aislar a Francia en previsión de su posible revancha;[8] por otro, mantuvo a Alemania apartada de la vorágine imperialista que por entonces arrastraba al resto de las potencias europeas. Fue precisamente esta precaución frente a la carrera colonial la que le enfrentó con el nuevo emperador, Guillermo II , partidario de prolongar la ascensión de Alemania con la adquisición de un imperio ultramarino, asunto que provocó la caída de Bismarck en 1890. Al faltarle el apoyo del emperador Guillermo II, quien había subido al trono en 1888, Bismarck presentó su dimisión en 1890 y se retiró a vivir al campo.
Wikipedia
“Nunca se miente tanto como antes de las elecciones, durante la guerra y después de la cacería.”
Fuente: Palomo Triguero, Eduardo. Cita-logía. Editorial Punto Rojo Libros,S.L. ISBN 978-84-16068-10-4, p. 197.
“El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación.”
Fuente: Israel, Ricardo. El libro de las verdades. Citas citables. Editorial RIL Editores, 2011, p. 25.
“La política no es una ciencia exacta.”
Fuente: Malnati, Isabella; Montel, Alessandro. Frases célebres. Editorial Parkstone International, 2013. ISBN 9788431554644
Fuente: Discurso ante el Reichstag, 18 de diciembre de 1863.
“Un buen orador debe tener algo de escritor, no ha de tomarse la verdad con precisión matemática.”
Fuente: Citado en Villamarín Pulido, Luis Alberto. Superación Personal: Tesoro de la sabiduría Tomo I. Editor Luis Villamarin, 2015. ISBN 9781499301441, p. 236.
“Hasta en una declaración de guerra deben observarse las reglas de urbanidad.”
Fuente: Frases célebres de hombres célebres. Compilado por Manuel Pumarega. 3ª Edición. Editorial México, 1949, p. 317.
Albert Ballin, influyente hombre de negocios amigo del Canciller, aseguró haber escuchado estas palabras al final de la vida de Bismarck, las cuales se han interpretado como una premonición de la Primera Guerra Mundial. Winston Churchill recordó estas palabras en la Cámara de los Comunes del Parlamento Inglés el 16 de agosto de 1945, haciendo un llamado a poner atención a la situación convulsionada de los Balcanes.
Nota bis: A su vez hace referencia a un discurso pronunciado en el Congreso de Berlín en 1878 en el que dijo: "Europa es hoy un polvorín y sus líderes son como los hombres que fuman en un arsenal... Una sola chispa desatará una explosión que nos va a consumir a todos... No puedo decir cuándo ocurrirá esa explosión, pero puedo decir en dónde... Una idiotez en los Balcanes la hará estallar." [Sin fuentes]
Fuente: Little Oxford Dictionary of Quotations http://www.askoxford.com/results/?view=quot&freesearch=bismarck&branch=14123648&textsearchtype=exact.
“Amo a los perros porque nunca le hacen sentir a uno que los haya tratado mal.”
Fuente: Eusebio, Sebastián Arribas. Enciclopedia básica de la vida. Cultivalibros. 2010. ISBN 978-84-99233-42-0, p. 291.
“La política no debe tratar de vengar el mal realizado, sino de cuidar que no se reproduzca.”
Fuente: Citado en Muñoz López, Enrique; Muñoz López, Álvaro. Guía del candidato municipal: manual práctico de campañas electorales locales. Editorial El Consultor, 2007. ISBN 9788470524059, p. 25.
“Es un gran mal el de no saber decir con resolución sí o no.”
Fuente: Diccionario de citas. Colaborador Luis Señor. Editorial Espasa Calpe, 2007. ISBN 978-84-6702-374-9, p. 157.
“La libertad es un lujo que no todos pueden permitirse.”
Fuente: Eusebio, Sebastián Arribas. Enciclopedia básica de la vida. Cultivalibros. 2010. ISBN 978-84-99233-42-0, p. 388.
“La política no es ninguna ciencia, sino un arte.”
Fuente: Citado en Lalana Cubelos, Nacho. La lengua bífida. Editorial Bubok, 2015. ISBN 9788468665610, p. 115.
“El periodista es un hombre que se ha equivocado de carrera.”
Fuente: Ortega Blake, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Editorial Penguin Random House Grupo Editorial México, 2013. ISBN 978-60-73116-31-2.
Fuente: Frases célebres de hombres célebres. Compilado por Manuel Pumarega. 3ª Edición. Editorial México, 1949, p. 132.
“Un cínico es un hombre que sabe el precio de todas las cosas e ignora el valor de una sola.”
Aunque el fondo de la cita sea el mismo su formulación generalmente atribuida no es correcta. La cita tiene su origen en el siguiente diálogo de la obra El abanico de Lady Windermere:
Cecil Graham: ¿Y qué es un cínico?
Lord Darlington: Un hombre que sabe el precio de todo e ignora el valor de nada.
Cecil Graham: Y un sentimiental, mi querido Darlington, es un hombre que asigna un valor absurdo a todo, y no conoce el precio fijo de una sola cosa.
Fuente: Diccionario de citas. Colaborador Luis Señor. Editorial Espasa Calpe, 2007. ISBN 978-84-6702-374-9. p. 371.
Fuente: El abanico de Lady Windermere. Autor y editor Oscar Wilde, 2016. ISBN 9786050420616.
Fuente: Palomo Triguero, Eduardo. Cita-logía. Editorial Punto Rojo Libros, S.L. ISBN 978-84-16068-10-4, p. 148.
“Cuídate de los que sólo ven desorden en el ruido y paz en el silencio.”
Fuente: Red, Samuel. Las mejores citas de provocación / Best provocation sayings: contra todo y contra todos. Coña fina. Editorial Grasindo, 2008. ISBN 9788479277802, p. 310.
Fuente: Citado en: Kissinger, Henry. Orden Mundial. Editorial Debate. ISBN 978-84-9992-571-4, p. 234
“A un ejército conquistador apostado en la frontera no se le detiene con elocuencia.”
Fuente: Discurso ante el Parlamento del Norte de Prusia (Alemania, 24 de septiembre de 1867)
“No podemos hacer la historia, sino solo esperar a que se desarrolle.”
Fuente: Historia, números 48-51. Colaborador Armando Alonso Piñeiro. Ediciones AP, 1993.
“Yo siempre traspaso los buenos consejos que me dan. Es para lo único que sirven.”
Fuente: Wilde, Óscar. Un Marido ideal: comedia en cuatro actos. Editor Prensa Moderna, 1925, p. 26.
"Laws, like sausages, cease to inspire respect in proportion as we know how they are made.") procede de un artículo de John Godfrey Saxe publicado en 1869 en The Daily Cleveland Herald (véase "Quote... Misquote"). No comenzó a atribuirse a Bismarck hasta los años 30 del siglo XX.
Fuente: Citado en Sánchez Vigil, Juan Miguel; Durán Blázquez, Manuel. España en blanco y negro. 3ª Edición ilustrada. Editorial Espasa, 1999. ISBN 9788423981908, p. 67.
Fuente: Un mensaje de Bismarck a la viuda de Cánovas del Castillo al conocer su muerte.
Speech to the Reichstag (28 March 1881), quoted in W. H. Dawson, Bismarck and State Socialism: An Exposition of the Social and Economic Legislation of Germany since 1870 (London: Swan Sonnenschein & Co., 1891), p. 54
1880s
Speech to the Prussian United Diet (15 June 1847), quoted in W. H. Dawson, Bismarck and State Socialism: An Exposition of the Social and Economic Legislation of Germany since 1870 (London: Swan Sonnenschein & Co., 1891), p. 27
1840s
He undertook to be the protector of the poor, and this principle has been followed by our later kings. At their throne suffering has always found a refuge and a hearing. ... Our kings have secured the emancipation of the serfs, they have created a thriving peasantry, and they may possibly be successful—the earnest endeavour exists, at any rate—in improving the condition of the working classes somewhat. To have refused access to the throne to the complaints of these operatives would not have been the right course to pursue, and it was, moreover, not my business to do it. The question would afterwards have been asked: “How rich must a deputation be in order to its reception by the King?”
Speech to the Prussian United Diet in answer to the petition of Wüstegiersdorf weavers (1865), quoted in W. H. Dawson, Bismarck and State Socialism: An Exposition of the Social and Economic Legislation of Germany since 1870 (London: Swan Sonnenschein & Co., 1891), p. 31
1860s
Fuente: Speech to the Reichstag advocating protective tariffs, quoted in Paul Kennedy, The Rise of the Anglo-German Antagonism, 1860–1914 (1980), p. 51
“Every state must be aware that its peace, its security rests on its own sword.”
All the King's Men' A search for the colonial ideas of some advisers and "accomplices" of Leopold II (1853-1892). (Hannes Vanhauwaert), 5. A prospectus by the military Chazal and Brialmont, The military centipede Henri-Alexis Brialmont (1821-1893) http://www.ethesis.net/leopold_II/leopold_II.htm#2.%20 CROKAERT, P. Brialmont, 183.
Undated