„La libertad es un lujo que no todos pueden permitirse.“
Fuente: Eusebio, Sebastián Arribas. Enciclopedia básica de la vida. Cultivalibros. 2010. ISBN 978-84-99233-42-0, p. 388.
Fecha de nacimiento: 1. Abril 1815
Fecha de muerte: 30. Julio 1898
Otto Eduard Leopold von Bismarck-Schönhausen, príncipe de Bismarck y duque de Lauenburgo, más conocido como Otto von Bismarck ,[1] fue un estadista y político alemán, artífice de la unificación alemana y una de las figuras clave de las relaciones internacionales durante la segunda mitad del siglo XIX.
Durante sus últimos años de vida se le apodó el «Canciller de Hierro» por la determinación con la que perseguía sus objetivos políticos,[n. 1] fundamentalmente la creación y el mantenimiento de un sistema de alianzas internacionales que aseguraran la supremacía y seguridad del Imperio alemán.[1]
Estudió Derecho y, a partir de 1835, trabajó en los tribunales de Berlín y Aquisgrán, actividad que abandonó tres años más tarde para dedicarse al cuidado de sus posesiones territoriales.[2]
En 1847 entró a formar parte del parlamento prusiano,[2] donde muy pronto se convirtió en líder del ala conservadora.[2] Se enfrentó duramente a la revolución de 1848 y por esa época comenzó a perfilar lo que sería su principal objetivo político: la unificación de Alemania y la creación del Reich desde preceptos autoritarios y antiparlamentarios.[3]
En 1862, tras ser nombrado primer ministro de Prusia, emprendió una importante reforma militar que le permitió disponer de un poderoso ejército para llevar a cabo sus planes de unificación alemana.
En 1864 consiguió arrebatar a Dinamarca los ducados de Lauenburgo, Schleswig, y Holstein y, dos años más tarde, después de la guerra con Austria, consiguió la anexión de Hesse, Fráncfort, Hannover y Nassau,[4] lo que dio lugar a la creación de la Confederación de Alemania del Norte, con Bismarck como canciller.[5] Por último, la guerra con Francia supuso la adhesión de Baviera, entre otros Estados y en 1871 se proclamó el Segundo Imperio alemán en el palacio de Versalles de París.[6] Bismarck se convirtió en primer ministro de Prusia y canciller.[6] Durante los 19 años que se mantuvo en el poder, mantuvo una política conservadora, enfrentándose inicialmente a los católicos y combatiendo a la socialdemocracia.[1] Fue también el organizador de la Triple Alianza, con Italia y Austria-Hungría, creada en 1882 para aislar a Francia.
La política interior de Bismarck[7] se apoyó en un régimen de poder autoritario, a pesar de la apariencia constitucional y del sufragio universal destinado a neutralizar a las clases medias . Inicialmente gobernó en coalición con los liberales, centrándose en contrarrestar la influencia de la Iglesia católica y en favorecer los intereses de los grandes terratenientes mediante una política económica librecambista;[1] en 1879 rompió con los liberales y se alió con el Partido del Centro católico, adoptando posturas proteccionistas que favorecieran el crecimiento industrial alemán.[1] En esa segunda época centró sus esfuerzos en frenar el movimiento obrero alemán, al que ilegalizó aprobando las Leyes Antisocialistas, al tiempo que intentaba atraerse a los trabajadores con la legislación social más avanzada del momento.[1]
En política exterior,[7] se mostró prudente para consolidar la unidad alemana recién conquistada: por un lado, forjó un entramado de alianzas diplomáticas destinado a aislar a Francia en previsión de su posible revancha;[8] por otro, mantuvo a Alemania apartada de la vorágine imperialista que por entonces arrastraba al resto de las potencias europeas. Fue precisamente esta precaución frente a la carrera colonial la que le enfrentó con el nuevo emperador, Guillermo II , partidario de prolongar la ascensión de Alemania con la adquisición de un imperio ultramarino, asunto que provocó la caída de Bismarck en 1890. Al faltarle el apoyo del emperador Guillermo II, quien había subido al trono en 1888, Bismarck presentó su dimisión en 1890 y se retiró a vivir al campo.
Falleció en Friedrichsruh el 30 de julio de 1898 a los 83 años de edad.[1][2] Wikipedia
Fuente: Eusebio, Sebastián Arribas. Enciclopedia básica de la vida. Cultivalibros. 2010. ISBN 978-84-99233-42-0, p. 388.
Aunque el fondo de la cita sea el mismo su formulación generalmente atribuida no es correcta. La cita tiene su origen en el siguiente diálogo de la obra El abanico de Lady Windermere:
Cecil Graham: ¿Y qué es un cínico?
Lord Darlington: Un hombre que sabe el precio de todo e ignora el valor de nada.
Cecil Graham: Y un sentimiental, mi querido Darlington, es un hombre que asigna un valor absurdo a todo, y no conoce el precio fijo de una sola cosa.
Fuente: Diccionario de citas. Colaborador Luis Señor. Editorial Espasa Calpe, 2007. ISBN 978-84-6702-374-9. p. 371.
Fuente: El abanico de Lady Windermere. Autor y editor Oscar Wilde, 2016. ISBN 9786050420616.
Fuente: Red, Samuel. Las mejores citas de provocación / Best provocation sayings: contra todo y contra todos. Coña fina. Editorial Grasindo, 2008. ISBN 9788479277802, p. 310.
Fuente: Eusebio, Sebastián Arribas. Enciclopedia básica de la vida. Cultivalibros. 2010. ISBN 978-84-99233-42-0, p. 291.
Fuente: Citado en Lalana Cubelos, Nacho. La lengua bífida. Editorial Bubok, 2015. ISBN 9788468665610, p. 115.
Fuente: Palomo Triguero, Eduardo. Cita-logía. Editorial Punto Rojo Libros,S.L. ISBN 978-84-16068-10-4, p. 197.
Fuente: Ortega Blake, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Editorial Penguin Random House Grupo Editorial México, 2013. ISBN 978-60-73116-31-2.
Fuente: Citado en Villamarín Pulido, Luis Alberto. Superación Personal: Tesoro de la sabiduría Tomo I. Editor Luis Villamarin, 2015. ISBN 9781499301441, p. 236.
Fuente: Palomo Triguero, Eduardo. Cita-logía. Editorial Punto Rojo Libros, S.L. ISBN 978-84-16068-10-4, p. 148.
Fuente: Frases célebres de hombres célebres. Compilado por Manuel Pumarega. 3ª Edición. Editorial México, 1949, p. 317.
Fuente: Citado en Muñoz López, Enrique; Muñoz López, Álvaro. Guía del candidato municipal: manual práctico de campañas electorales locales. Editorial El Consultor, 2007. ISBN 9788470524059, p. 25.
Fuente: Frases célebres de hombres célebres. Compilado por Manuel Pumarega. 3ª Edición. Editorial México, 1949, p. 132.
Fuente: Malnati, Isabella; Montel, Alessandro. Frases célebres. Editorial Parkstone International, 2013. ISBN 9788431554644
Fuente: Discurso ante el Reichstag, 18 de diciembre de 1863.
Fuente: Israel, Ricardo. El libro de las verdades. Citas citables. Editorial RIL Editores, 2011, p. 25.