Thomas Wolsey fue un arzobispo inglés y cardenal de la Iglesia católica además de Lord Canciller del Reino de Inglaterra.
Al ascender Enrique VIII al trono de Inglaterra en 1509, Wolsey se convirtió en el capellán del rey.[1] Fue prosperando con el tiempo, hasta llegar a controlar virtualmente todos los asuntos de Estado y ser extremadamente poderoso dentro de la Iglesia. El cargo político más importante que llegó a asumir fue el de Lord Canciller, consejero del rey, con el que logró tal grado de libertad de actuación que a menudo fue considerado como alter Rex . En el plano eclesiástico fue nombrado Arzobispo de York, la segunda sede episcopal más importante de Inglaterra, y cardenal en 1515, lo que le dio una importancia incluso superior a la del Arzobispo de Canterbury, la primera autoridad eclesiástica de Inglaterra. Su principal legado nos llega de su interés por la arquitectura, destacando en particular su antigua residencia del palacio de Hampton Court, en Londres.
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1473 – 29. noviembre 1530