“La muerte era de una naturaleza piadosa, significativa y tristemente bella, es decir, espiritual; pero, al mismo tiempo, también poseía una segunda naturaleza, casi contraria, muy física y material que, desde luego, no se podía considerar bella, ni significativa, ni piadosa, ni siquiera triste. La naturaleza solemne y espiritual se expresaba en la suntuosa mortaja y ataúd del difunto, las magníficas flores y las palmas que, como se sabe, significan la paz celestial (…) Todas aquellas disposiciones claramente hallaban su sentido y su buen fin en la idea de que el abuelo había adoptado su forma definitiva y verdadera para siempre. Pero además, como muy bien captó el pequeño Hans Castorp, aunque no quiso reconocerlo, todo aquello, y especialmente a su vez, la enorme cantidad de flores (y, entre éstas, en particular de nardos) tenía otro sentido y otro fin más prosaico: mitigar ese otro aspecto de la muete que no es ni bello ni realmente triste, sino más bien casi indecente, bajo, indignamente físico; hacer olvidar o impedir tomar conciencia de la muerte (pp.43-44)”

—  Thomas Mann

Última actualización 18 de enero de 2019. Historia
Thomas Mann Foto
Thomas Mann 41
escritor alemán, premio Nobel de Literatura 1875–1955

Citas similares

Helena Petrovna Blavatsky Foto
Ricardo Flores Magón Foto
Alphonse De Lamartine Foto
Scott Westerfeld Foto
Blaise Pascal Foto
Anne Frank Foto
Armando Palacio Valdés Foto

“poseía un conocimiento más completo de los resortes de la Naturaleza que su amigo.”

Armando Palacio Valdés (1853–1938) escritor español

El orígen del pensamiento

Temas relacionados