“Hoy atravesaremos el éter,las transparentes rutas celestes,volando en derechura al occidente, al lejano país,al lejano y ubérrimo paísque se extiende allende la Mar Océana,que se extiende y florecey rebosa de oro y plata y metales preciosos,el lejano país donde se alzan altas torres,las más altas de la tierra,altas y puntiagudas,desafiando al cielo, horadándolo soberbias.Torres habitadas por gentes libertinas,desvergonzadas, impías, corrompidas gentes,sin temor alguno del Supremo Hacedor,hordas impúdicas, ruines,que chapotean en su iniquidad,y en placeres pecaminosos se revuelcan,y se burlan de lo santo. Se burlan y ríenal amparo de Satán,escupiendo sus miasmas a la Santa Rusia,a la Santa y Ortodoxa Rusia,pasando entre burlas los Días de la Verdad ofendiendo a la Verdad,ensuciando el nombre divino.(…)Adivinábamos, veíamos en medio de la Mar Océanael enorme buque de seis puentesque navegaba implacable hacia el Esteprocedente del país infame y felón,cargado de mercancías envilecedoras,cargado de propaganda subversiva,cargado de gente impía, podridas meretrices,palomas sucias.Rezumante de jolgorios demoníacos,rezumante de placeres satánicos,rezumante de perfumes de lupanar.” Vladimir Sorokin libro Day of the Oprichnik Day of the Oprichnik
“Gran idea la del padre del Monarca, el difunto Nikolay Platónovich, cuando decretó liquidar todos los supermercados foráneos y sustituidos por los quioscos rusos. Y que cada uno tuviera dos variedades de cada artículo para que el pueblo pudiera elegir. Sabia y profunda medida. Es mejor para la paz de espíritu de este pueblo de Dios elegir entre dos y no entre tres o treinta y tres. Eligiendo entre dos, nuestras santas gentes no sólo evitan las cuitas del alma, los innecesarios ajetreos de la duda y el deseo, sino que se reafirman en los valores permanentes, en las costumbres asentadas, disipando la inquietud de un mañana mudable y caprichoso, y acompasado de esta suerte lo que necesitan con lo que tienen a su alcance, quedan conformes. ¿Qué mejor garantía para afrontar cualquier reto que un pueblo satisfecho?” Vladimir Sorokin libro Day of the Oprichnik Day of the Oprichnik