“Nos aguarda una inmensa tarea. Tenemos que librar una lucha sin cuartel contra el atraso, el estancamiento, el desánimo y la desesperanza. Tenemos que extirpar hasta sus raíces la ignorancia, la miseria, la enfermedad y el miedo al futuro. Tenemos que aplicar toda nuestra fuerza y toda nuestra inteligencia para levantar al país y lanzarlo hacia adelante. Habrá que construir puentes, diques caminos, oleoductos, usinas y fábricas sobre toda la República. Habrá que volcar tractores, equipos electrógenos, talleres y máquinas agrícolas sobre todos los campos. Tendremos que multiplicar los camiones, los vagones y las locomotoras. Las alas argentinas surcarán todos los cielos y la bandera de la patria flameará sobre todos los mares como una mensajera del progreso. Tendremos que movilizar todas nuestras energías y todos nuestros recursos. Nadie debe esperar que todo provenga del gobierno. El Poder Ejecutivo cumplirá su parte, prestando la ayuda que sea necesaria y estimulando la acción de las fuerzas creadoras, que residen únicamente en el seno del pueblo. Pero esta es una tarea común. Tenemos que vencer, porque esta lucha sin cuartel la hemos de librar en nombre de la justicia y de la libertad.” Arturo Frondizi (1908–1995) abogado y político argentino. Presidente de la Nación Argentina (1958-1962) Presidente De arte , De justicia , De fe , De vejez
“Justo cuando pensábamos que la pelea había terminado, va y me saca el refrito sin sentido de algo que pasó hace años".¿Y qué podemos hacer ante todo esto? ¿Cómo comercializar la 'Guía William James' de autoayuda en las relaciones personales? De una forma obvia. Intentando contrarrestar esa locomotora con mente propia en que se convierte el sistema nervioso autónomo. ¿Cómo hacerlo? (…) Antes de contestarlo, tiene que respirar profundamente o parar y contar hasta diez. Oblíguese a discutir estando sentados (esto ralentizará el flujo de adrenalina). También puede utilizar la cognición como munición: hable sobre este tema de la activación autónoma con su pareja de forma que ambos atajen el fenómeno: "Oye, ¿crees que estamos teniendo uno de esos momentos a lo William James?".Las relaciones ya pueden ser lo bastante problemáticas para que encima nuestras glándulas se dediquen a inventarnos complicaciones existentes.” Robert Sapolsky (1957) Monkeyluv: And Other Essays on Our Lives as Animals Sentido
“Yo voy adelante haciendo como la locomotora, puf, puf, puf…” Juan Bosco (1815–1888) sacerdote, educador, escritor italiano del siglo XIX, fundador de la Congregación Salesiana "Puf" en piamontés significa "deudas".
“Ya no, ya no,ya no me sirves, zapato negro,en el cual he vivido como un piedurante treinta años, pobre y blanca,sin atreverme apenas a respirar o hacer achís.Papi: he tenido que matarte.Te moriste antes de que me diera tiempo…Pesado como el mármol, bolsa llena de Dios,lívida estatua con un dedo del pie gris,del tamaño de una foca de San Francisco.Y la cabeza en el Atlántico extravaganteen que se vierte el verde legumbre sobre el azulen aguas del hermoso Nauset.Solía rezar para recuperarte.Ach, du.En la lengua alemana, en la localidad polacaapisonada por el rodillode guerras y más guerras.Pero el nombre del pueblo es corriente.Mi amigo polacodice que hay una o dos docenas.De modo que nunca supe distinguir dóndepusiste tu pie, tus raíces:nunca me pude dirigir a ti.La lengua se me pegaba a la mandíbula.Se me pegaba a un cepo de alambre de púas.Ich, ich, ich, ich,apenas lograba hablar:Creía verte en todos los alemanes.Y el lenguaje obsceno,una locomotora, una locomotoraque me apartaba con desdén, como a un judío.Judío que va hacia Dachau, Auschwitz, Belsen.Empecé a hablar como los judíos.Creo que podría ser judía yo misma.Las nieves del Tirol, la clara cerveza de Viena,no son ni muy puras ni muy auténticas.Con mi abuela gitana y mi suerte raray mis naipes de Tarot, y mis naipes de Tarot,podría ser algo judía.Siempre te tuve miedo,con tu Luftwaffe, tu jerga pomposay tu recortado bigotey tus ojos arios, azul brillante.Hombre-panzer, hombre-panzer: oh Tú…No Dios, sino un esvásticatan negra, que por ella no hay cielo que se abra paso.Cada mujer adora a un fascista,con la bota en la cara; el bruto,el bruto corazón de un bruto como tú.Estás de pie junto a la pizarra, papi,en el retrato tuyo que tengo,un hoyo en la barbilla en lugar de en el pie,pero no por ello menos diablo, no menosel hombre negro queme partió de un mordisco el bonito corazón en dos.Tenía yo diez años cuando te enterraron.A los veinte traté de morirpara volver, volver, volver a ti.Supuse que con los huesos bastaría.Pero me sacaron de la tumba,y me recompusieron con pegamento.Y entonces supe lo que había que hacer.Saqué de ti un modelo,un hombre de negro con aire de Meinkampf,e inclinación al potro y al garrote.Y dije sí quiero, sí quiero.De modo, papi, que por fin he terminado.El teléfono negro está desconectado de raíz,las voces no logran que críe lombrices.Si ya he matado a un hombre, que sean dos:el vampiro que dijo ser túy me estuvo bebiendo la sangre durante un año,siete años, si quieres saberlo.Ya puedes descansar, papi.Hay una estaca en tu negro y grasiento corazón,y a la gente del pueblo nunca le gustaste.Bailan y patalean encima de ti.Siempre supieron que eras tú.Papi, papi, hijo de puta, estoy acabada.” Sylvia Plath (1932–1963) escritora Estadounidense Ariel Zapato , abuela , Corazón , De mujeres
“Nieva sobre Edimburgo el 16 de abril de 1874. Un frío gélido azota la ciudad. Los viejos especulan que podría tratarse del día más frío de la historia. Diríase que el sol ha desaparecido para siempre. El viento es cortante; los copos de nieve son más ligeros que el aire.¡Blanco! ¡Blanco! ¡Blanco!Explosión sorda. No se ve más que eso. Las casas parecen locomotoras de vapor, sus chimeneas desprenden un humo grisáceo que hace crepitar el cielo de acero. Las pequeñas callejuelas de Edimburgo se metamorfosean. Las fuentes se transforman en jarrones helados que sujetan ramilletes de hielo. El viejo río se ha disfrazado de lago de azúcar glaseado y se extiende hasta el mar. Las olas resuenan como cristales rotos. La escarcha cae cubriendo de lentejuelas a los gatos. Los árboles parecen grandes hadas que visten camisón blanco, estiran sus ramas, bostezan a la luna y observan cómo derrapan los coches de caballos sobre los adoquines. El frío es tan intenso que los pájaros se congelan en pleno vuelo antes de caer estrellados contra el suelo. El sonido que emiten al fallecer es dulce, a pesar de que se trata del ruido de la muerte. Es el día más frío de la historia. Y hoy es el día de mi nacimiento. […]Fuera nieva con auténtica ferocidad. La hiedra plateada trepa hasta esconderse bajo los tejados. Las rosas translúcidas se inclinan hacia las ventanas, sonrojando las avenidas, los gatos se transforman en gárgolas, con las garras afiladas. En el río, los peces se detienen con una mueca de sorpresa. Todo el mundo está encantado por la mano de un soplador de vidrio que congela la ciudad, expirando un frío que mordisquea las orejas. En escasos segundos, los pocos valientes que salen al exterior se encuentran paralizados, como si un dios cualquiera acabara de tomarles una foto. Los transeúntes, llevados por el impulso de su trote, se deslizan por el hielo a modo de baile. Son figuras hermosas, cada una en su estilo, ángeles retorcidos con bufandas suspendidas en el aire, bailarinas de caja de música en sus compases finales, perdiendo velocidad al ritmo de su ultimísimo suspiro.Por todas partes, paseantes congelados o en proceso de estarlo se quedan atrapados. Solo los relojes siguen haciendo batir el corazón de la ciudad como si nada ocurriera.” Mathias Malzieu (1974) obras Pez , Mar , Historia , Nacimiento