“Un ser humano debe ser capaz de cambiar pañales, planear invasiones, carnear cerdos, navegar barcos, diseñar edificios, escribir sonetos, contabilizar saldos, levantar paredes, tratar fracturas, dar consuelo a moribundos, recibir órdenes, dar órdenes, cooperar, actuar solo, resolver ecuaciones, analizar nuevos problemas, palear estiércol, programar computadoras, cocinar bien, luchar eficientemente, morir con gallardía. La especialización es para los insectos.” Robert Anson Heinlein (1907–1988) escritor de ciencia ficción estadounidense Fuente: Tiempo para amar (1973). De paz , Problema
“Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a las cenicientas de saldo y esquina, y, por esas ventas del fino Laina, pagando las cuentas de gente sin alma que pierde la calma con la cocaína” Joaquín Sabina (1949) cantautor español De gente , Alma , Ropa
“Jamás pensé que la jornada pudiera tener ese saldo. No es cierto cuando hablan de treinta muertos porque en la ciudad hubo cinco, que realmente no resultan ser muertos de la represión policial hasta ahora, en lo que comprueba la justicia. ¿Pero por qué trajeron esa violencia con la intención de provocar un conflicto tan grave, lesiones y muertes? Porque estoy convencido que los que trajeron la violencia para provocar mi caída, querían que hubiera muertes en la Plaza de Mayo, y por eso hablaban de los muertos en la Plaza de Mayo donde no hubo ninguno.” Fernando de la Rúa (1937–2019) cuatrigésimo quinto presidente de la República Argentina De justicia , De muerte
“Y regresé a la maldición del cajón sin su ropa, a la perdición de los bares de copas, a la Magdalena de saldo y esquina.” Joaquín Sabina (1949) cantautor español Ropa
“No podemos pretender ser los primeros, o los preferidos, sólo somos lo que está disponible, los restos, las sobras, los supervivientes, lo que va quedando, los saldos, y es con eso poco noble con lo que se erigen los más grandes amores y se fundan las mejores familias, de eso provenimos todos, producto de la casualidad y el conformismo, de los descartes y las timideces y los fracasos ajenos” Javier Marías (1951) escritor español Los enamoramientos De familia , De amor , Fracaso
“Lo que menos odio es la parte mecánica, rutinaria, de mi trabajo: el volver a pasar un asiento que ya redacté miles de veces, el efectuar un balance de saldos y encontrar que todo está en orden, que no hay diferencias a buscar. Ese tipo de labor no me cansa, porque me permite pensar en otras cosas y hasta (¿por qué no decírmelo a mí mismo?) también soñar. Es como si me dividiera en dos entes dispares, contradictorios, independientes, uno que sabe de memoria su trabajo, que domina al máximo sus variantes y recovecos, que está seguro siempre de dónde pisa, y otro soñador y febril, frustradamente apasionado, un tipo triste que, sin embargo, tuvo, tiene y tendrá vocación de alegría, un distraído a quien no le importa por dónde corre la pluma ni qué cosas escribe la tinta azul que a los ocho meses quedará negra” Mario Benedetti libro La tregua La tregua Alegría , Memoria , De odio , Buscar
“Mejor que no te imagines qué sucedió exactamente con el contenido del inodoro de tu habitación, cuando utilizaste la bomba. O adónde fue el agua de la bañera, cuando quitaste el tapón del fondo. O lo que pasó después de cepillarte los dientes. ¡Oh! Es posible que todo haya ido a parar al mar en el que estás pensando bañarte; cabe la posibilidad de que el contenido del inodoro te roce suavemente el tobillo, cuando caminas despreocupado por la orilla, pues ya ves, en Antigua no existe un sistema adecuado de tratamiento de aguas residuales. Claro que el mar Caribe es enorme y el océano Atlántico aún mayor; te sorprendería saber cuántos esclavos negros se ha tragado este océano. Cuando te sientes a saborear esa deliciosa comida, vale más que ignores que la mayoría de los alimentos que estás comiendo los han traído en avión desde Miami. Y antes de que cargaran eso productos en Miami, ¿quién sabe de dónde procedían? Cabe suponer que procedían originariamente de un lugar como Antigua, donde se cultivaron a precio de saldo, antes de ser llevados a Miami y traídos de nuevo a Antigua.” Jamaica Kincaid libro A Small Place A Small Place Agua , De comida , Camino , Mar
“habiendo algunos fanáticos en el valle de Shah-i-Kot, en la provincia de Paktia. Una vez más la información era inexacta: no eran un puñado, sino centenares. Al ser afganos los talibanes derrotados, tenían a donde ir: sus aldeas y pueblos natales. Allí podían escabullirse sin dejar rastro. Pero los miembros de Al Qaeda eran árabes, uzbekos y, los más feroces de todos, chechenos. No hablaban pastún y la gente del pueblo afgano los odiaba, de manera que solo podían rendirse o morir peleando. Casi todos eligieron esto último. El mando estadounidense reaccionó al chivatazo con un plan a pequeña escala, la operación Anaconda, que fue asignada a los SEAL de la Armada. Tres enormes Chinook repletos de efectivos despegaron rumbo al valle, que se suponía vacío de combatientes. El helicóptero que iba en cabeza se disponía a tomar tierra, con el morro levantado y la cola baja, la rampa abierta por detrás y a solo un par de metros del suelo, cuando los emboscados de Al Qaeda dieron el primer aviso. Un lanzagranadas hizo fuego. Estaba tan cerca que el proyectil atravesó el fuselaje del helicóptero sin explotar. No había tenido tiempo de cargarse, así que lo único que hizo fue entrar por un costado y salir por el otro sin tocar a nadie, dejando un par de boquetes simétricos. Pero lo que sí hizo daño fue el incesante fuego de ametralladora desde el nido situado entre las rocas salpicadas de nieve. Tampoco hirió a nadie de a bordo, pero destrozó los controles del aparato al horadar la cubierta de vuelo. Gracias a la habilidad y la genialidad del piloto, pocos minutos después el moribundo Chinook ganaba altura y recorría cuatro kilómetros hasta encontrar un sitio más seguro donde proceder a un aterrizaje forzoso. Los otros dos helicópteros se retiraron también. Pero un SEAL, el suboficial Neil Roberts, que se había desenganchado de su cable de amarre, resbaló en un charquito de fluido hidráulico y cayó a tierra. Resultó ileso, pero inmediatamente fue rodeado por miembros de Al Qaeda. Los SEAL jamás abandonan a uno de los suyos, esté vivo o muerto. Poco después de aterrizar regresaron en busca de Roberts, al tiempo que pedían refuerzos por radio. Había empezado la batalla de Shah-i-Kot. Duró cuatro días, y se saldó con la muerte del suboficial Neil Roberts y otros seis estadounidenses. Había tres unidades lo bastante cerca como para acudir a la llamada: un pelotón de SBS británicos por un lado y la unidad de la SAD por el otro; pero el grupo más numeroso era un batallón del 75 Regimiento de Rangers. Hacía un frío endemoniado, estaban a muchos grados bajo cero. La nieve, empujada por el viento incesante, se clavaba en los ojos. Nadie entendía cómo los árabes habían podido sobrevivir en aquellas montañas; pero el caso era que allí estaban, y dispuestos a morir hasta el último hombre. Ellos no hacían prisioneros ni esperaban serlo tampoco. Según testigos presenciales, salieron de hendiduras en las rocas, de grutas invisibles y nidos de ametralladoras ocultos. Cualquier veterano puede confirmar que toda batalla degenera rápidamente en un caos, y en Shah-i-Kot eso sucedió más rápido que nunca. Las unidades se separaron de su contingente, los soldados de sus unidades. Kit Carson se encontró de repente a solas en medio de la ventisca. Vio a otro estadounidense (pudo identificarlo por lo que llevaba en la cabeza: casco, no turbante) también solo, a unos cuarenta metros. Un hombre vestido con túnica surgió del suelo y disparó contra el soldado con su lanzagranadas. Esa vez la granada sí estalló; no dio en el blanco sino que explotó a los pies del soldado.” Frederick Forsyth (1938) novelista británico La lista Montaña , De muerte , De hombres , De gente
“La cuenta de resultados Kármica tiene un debe y un haber en el que se registran los ingresos, pagos, deudas, costes, márgenes, inversiones, beneficios, etc. Si el saldo arroja el cash flow ideal, el premio final será alcanzar el Nirvana.” José Luis Rodríguez Jiménez