Frases de Graham Greene

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“Una pasión tiene que tener algo de clandestino, algo de transgresor y algo perverso.”

“Nunca nos acostumbramos a ser menos importantes para los demás de lo que ellos lo son para nosotros.”

“Una historia no tiene comienzo ni fin: arbitrariamente uno elige el momento de la experiencia desde la cual mira hacia atrás o hacia adelante.”

“Nunca convencerás a un ratón de que un gato negro trae buena suerte.”

“Déjate de sermones estúpidos. ¿No te das cuenta de que te quiero?”

“La humanidad avanza gracias no solo a los potentes empujones de sus grandes hombres, sino también a los modestos impulsos de cada hombre responsable.”

“Un hombre sin recuerdos puede llegar a los cien años
y sentir que su vida ha sido muy corta.”

“Se había puesto de nuevo melancólica. Y por primera vez pensé que quizá las dalias no eran suficiente ocupación para un hombre jubilado.”

“Nuevos paisajes, nuevas aduanas. La acumulación de recuerdos. Una vida larga no depende de los años. Un hombre sin recuerdos puede llegar a los cien años y sentir que su vida ha sido muy corta.”

“La anciana se arrodilló y dijo "Ave María"; Ella no creía, pero entre los católicos, incluso los escépticos son corteses.”

“Cuando uno se escapa a un desierto el silencio te grita en los oídos.”

“Quizás haya un profeta también junto al juez en esos tribunales donde se toman nuestras verdaderas decisiones.”

“Nadie puede soportar que no lo perdonen. Ese es el privilegio de Dios.”

“Cómo se puede servir a Dios en un mundo inmoral?”

“El amor no se termina por el solo hecho de que no nos veamos.”

“El odio no es más que carencia de la imaginación.”

“A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, o los que no pintan o componen música, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror pánico inherente a la condición humana.”

“Nadie sabe cuánto puede durar un segundo de sufrir.”

“Nuestra pasión es rozar el borde vertiginoso de las cosas. Sigue siendo lo que ha sido siempre: el límite estricto entre lealtad y deslealtad, fidelidad e infidelidad, las contradicciones del alma.”

“Recordé el reloj con pulsera de oro de la señorita Keene, minúsculo como el de una muñeca, regalo de sir Keene por sus veintiún años. En su pequeña esfera contenía todas las cifras de las horas, como si todas ellas tuviesen la misma importancia y un deber especial que cumplir.”

“Ojalá pudiera reproducir con más claridad los tonos de su voz. A tía Augusta le gustaba hablar, le gustaba contar historias. Construía las frases con cuidado, como un escritor lento que prevé la fase siguiente y encamina hacia ella su pluma. Nunca dejaba suelta una frase, nunca interrumpía el hilo del relato. En su dicción había algo clásicamente preciso; o quizás sería más exacto decir anticuado. Las expresiones fuera de lo común (y a veces, debo admitirlo, chocantes) brillaban con tanto más resplandor sobre las viejas construcciones.”

“A veces pienso que nuestra vida está hecha más por los libros que leemos que por la gente que conocemos: en los libros aprendemos, de segunda mano, qué es el amor y el dolor. Aun cuando tenemos la suerte de enamorarnos es porque nos hemos dejado influir por lo que hemos leído. Si yo no había llegado a conocer el amor, era porque en la biblioteca de mi padre faltaban los libros adecuados.”

“Quizá el sentido de la moral es la triste compensación que aprendemos a valorar como premio por la buena conducta.”

“había seguido mis instrucciones al pie de la letra.”

“La había escuchado con asombro y con cierta inquietud. Por primera vez advertía los peligros que me acechaban. Me sentí como arrastrado tras ella hacia una absurda empresa de caballeros andantes como Sancho Panza tras Don Quijote, sólo que en busca de lo que ella llamaba diversión, en vez de hidalguía.”

“Ante mí desfilaban imágenes de praderas que se extendían hasta el agua, de viejos castillos sobre colinas surcadas de viñedos y chicas en bicicleta. Todo parecía limpio, ordenado, seguro, como había sido mi propia vida antes del funeral de mi madre. Recordé mi jardín. Echaba de menos mis dalias.”

“Mientras uno sufre, uno vive.”

“¡Debajo de mi capa, un higo para el rey!”

“Nunca he entendido por qué las personas que pueden tragarse la enorme improbabilidad de un Dios personal se molestan con un Demonio personal.”

“Pienso que la Navidad es una fiesta necesaria; necesitamos un aniversario durante el cual podamos lamentar todas las imperfecciones de nuestras relaciones humanas. Es la fiesta del fracaso, triste pero consoladora.”

“No elegimos nuestras preocupaciones.”

“En un mundo loco siempre parece más sencillo obedecer.”

“La inocencia es una especie de locura”

“However great a man’s fear of life, suicide remains the courageous act, the clear-headed act of a mathematician. The suicide has judged by the laws of chance—so many odds against one that to live will be more miserable than to die. His sense of mathematics is greater than his sense of survival. But think how a sense of survival must clamour to be heard at the last moment, what excuses it must present of a totally unscientific nature.”

“The economy of a novelist is a little like that of a careful housewife who is unwilling to throw away anything that might perhaps serve its turn. Perhaps the comparison is closer to the Chinese cook who leaves hardly any part of a duck unserved.”

“[Priest at Hale's cremation] "…our brother is at this moment reabsorbed in the universal spirit."”

“Reality in our century is not something to be faced.”

“Communism, my friend, is more than Marxism, just as Catholicism … is more than the Roman Curia. There is a mystique as well as a politique…. Catholics and communists have commited great crimes, but at least they have not stood aside, like an established society, and been indifferent. I would rather have blood on my hands than water like Pilate…if you have abandoned one faith, do not abandon all faith. There is always an alternative to the faith we lose. Or is it the same faith under another mask?”

“Can you hate something you don't believe in? And yet he called himself a free-thinker. What an impossible paradox, to be free and to be so obsessed.”

“What right had I to value her less than the bodies in the square? Suffering is not increased by numbers; one body can contain all the suffering the world can feel. I had judged like a journalist, in terms of quantity, and I had betrayed my own principles; I had become as engage as Pyle, and it seemed to me that no decision would ever be simple again.”

“Childhood was the germ of all mistrust. You were cruelly joked upon and then you cruelly joked. You lost the remembrance of pain through inflicting it.”

“Cynicism is cheap—you can buy it at any Monoprix store—it’s built into all poor-quality goods.”

“I was trying to write a book that simply would not come. I did my daily five hundred words, but the characters never began to live. So much in writing depends on the superficiality of one’s days. One may be preoccupied with shopping and income tax returns and change conversations, but the stream of the unconscious continues to flow undisturbed, solving problems, planning ahead: one sits down sterile and dispirited at the desk, and suddenly the words come as though from the air: the situations that seemed blocked in a hopeless impasse move forward: the work has been done while one slept or shopped or talked with friends. But this hate and suspicion, this passion to destroy went deeper than the book – the unconscious worked on it instead…”

“[About Pinkie's inability to empathise] The imagination hadn't awoken. That was his strength. He couldn't see through other people's eyes, or feel with their nerves. Only the music made him uneasy.”

“It is the story-teller's task to elicit sympathy and a measure of understanding for those who lie outside the boundaries of State approval.”

“Success is more dangerous than failure, the ripples break over a wider coastline.”