“La música debe hacer brotar sangre del corazón del hombre, y lágrimas de los ojos de la mujer.”

— Ludwig Van Beethoven

Original

Music should strike fire from the heart of man, and bring tears from the eyes of woman.

Última actualización 13 de noviembre de 2023. Historia

Temas

hombres , música , mujeres , hombre , mujer , música , corazón , sangre , músico , hombro , lágrima , hacer , ojos

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Ludwig Van Beethoven 38

compositor, director de orquesta y pianista germanoaustríaco 1770–1827

Citas similares

“Los hombres ricos en lágrimas son buenos. Apartaos de todo aquel que tenga seco el corazón y secos los ojos.”

Johann Wolfgang von Goethe (1749–1832) escritor alemán

“Las lágrimas son la expresión cuando el corazón pide a los ojos que hablen por él.”

Hermes Antonio Varillas Labrador

Fuente: https://pic.twitter.com/lS8jHQZVd1

“El Arte se debe sentir con lágrimas en los ojos, con el corazón compungido, con las manos apretadas. El arte no es simplemente una especie de especulación teorética o mental.”

Jorge Ángel Livraga Rizzi (1930–1991)

“Después de su sangre, lo más personal que puede dar el hombre es una lágrima.”

Alphonse De Lamartine (1790–1869)

“Haz brotar sangre al menos de mi herida, que estoy cansada de morir apenas”

Silvina Ocampo (1903–1993) escritora, cuentista y poeta argentina

Al rencor

“Debí nacer con la música dentro de mí, lo mismo que tenía el corazón, el hígado, los riñones o la sangre… Siempre he necesitado la música, como necesito la comida o el agua.”

Ray Charles (1930–2004) músico, cantante y compositor estadounidense

“La Naturaleza, al darnos las lágrimas, muestra que ha otorgado al hombre un corazón compasivo.”

Juvenal (50)

“El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas; el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico.”

Charles Dickens (1812–1870) escritor británico

“Se cree en la sangre que corre y se duda de las lágrimas.”

Alfred De Musset (1810–1857) escritor y dramaturgo francés

“Después de haber echado una carta, subía al piso de arriba y me tumbaba junto a mi mujer y, con los ojos bien abiertos fijaba la vista en la oscuridad, como intentando leer mi futuro. Me decía una y otra vez que, si un hombre, un hombre sincero y desesperado como yo, ama a una mujer con todo su corazón, si es capaz de cortarse las orejas y enviárselas por correo, si es capaz de sacarse la sangre del corazón y volcarla en el papel, saturar a esa mujer con su necesidad y anhelo, asediarla eternamente, no puede ser que ella lo rechace. El hombre más feo, más débil, el hombre más indigno ha de triunfar por fuerza, si está dispuesto a dar hasta la última gota de su sangre. Ninguna mujer puede rechazar el don del amor absoluto”

Henry Miller (1891–1980) novelista estadounidense

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