“Hay en griego una palabra que ahora podrá parecer chocante, y que se lo parecía sin duda a los griegos, aunque no formulasen mayores interrogantes al respecto: la “philautía”, el “amor a sí mismo”. Pues bien, de eso se trata, de hallar en el amor a sí mismo el verdadero fundamento y condición de cualquier tipo de vinculación con otros y de vinculatividad para uno mismo (Gadamer, 2002, p. 82)

» […] ¿Es, pues, eso la verdadera amistad? No, tampoco es eso aún. La tesis más audaz es la que reza: la primera amistad que se necesita es la uno consigo mismo. Si no la hay, ni se está para el otro ni se llega a estar realmente vinculado con él. ¡Pero que lejos queda eso de lo que llamamos “vinculante”! (Gadamer, 2002, p. 83).

»[…] Evidentemente es amistad lo que añade Aristóteles: reconocerse en el otro y que el otro se reconozca en uno. Pero no sólo en el sentido de “así es ese”, sino también en el de concedernos recíprocamente el ser diferentes, más aún, por decirlo en palabras de Droysen: “Así tienes que ser, pues es así como te quiero” (Gadamer, 2002, p. 84).

»[…] De modo que, tal vez, el sentido más genuino y profundo de ese conocerse a sí mismo no sea otro que la certidumbre de que uno nunca percibe del todo hasta que qué punto está involucrado en su amor a sí mismo, incluso allí donde se piensa que es auténticamente amigo de otro. Pero si un auténtico acuerdo consigo mismo es condición previa para la amistad con otro, ¿qué es realmente esa amistad? (Gadamer, 2002, p. 84).

»[…] En la solidaridad que uno declara, ya sea libremente o a la fuerza, hay siempre, en cualquier caso, una renuncia a los intereses y preferencias más propios. La solidaridad nos hace renunciar a ciertas cosas en una cierta dirección, en un cierto momento, al servició de algún objetivo. (Gadamer, 2002, p. 86).

»[…] Desde luego la convivencia entre las personas sería imposible si no hubiese entre ellas algo así como una camaradería. (Gadamer, 2002, 87). Esto nos sitúa ante la tarea tanto de estar de acuerdo con nosotros mismos como de mantenernos de acuerdo con otros. No existe ninguna fuerza de la naturaleza que pueda lograr eso en nuestro lugar» (Gadamer, 2002, p. 88).”

Philosophical Hermeneutics

Última actualización 29 de marzo de 2024. Historia

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“El amor verdadero hace milagros, porque él mismo es ya el mayor milagro.”

Amado Nervo (1870–1919) poeta y prosista mexicano

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“El verdadero amor racional comienza por uno mismo.”

"Lecciones y moralejas por escrito en gotas de cariño". - Hermes Varillas Labrador. #FormandoCiudadanía & #ElArcoIrisDeLosNiños

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Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
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“Si el amor verdadero es raro, más lo es la verdadera amistad”

Albert Einstein (1879–1955) físico germano-estadounidense, creador de la teoría de la relatividad
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“Pensar más en la felicidad de los demás que en la suya estaba muy bien; pero ¿no significaba renunciar a su propia individualidad, enfriar todo el cálido amor, los verdaderos deseos, aquello que la hacía a ella misma? Sin embargo, en esta muerte yacía su único consuelo; eso es lo que parecía.”

Capítulo 11, página 254.
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Original: «Thinking more of others’ happiness than of her own was very fine; but did it not mean giving up her very individuality, quenching all the warm love, the true desires, that made her herself? Yet in this deadness lay her only comfort; so it seemed».

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“Y el amor real, el verdadero, se basa en el hecho de que el otro ame todavía más que uno mismo gracias a ello.”

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