
Variante: No existe muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia cuestiona al mundo. Todos los hombres son mortales: pero para todos los hombres la muerte es un accidente y, aunque la concozca y la acepte, es una violencia indebida.
Fuente: Une mort très douce (Una muerte muy dulce). Volumen 3 de Pocket Edhasa. Simone de Beauvoir. Traducido por María Helena Santillán. 2ª edición, reimpresa. Editorial Edhasa, 2003. ISBN 9788435015035.