“¿Qué pasaría…?¿Qué pasaría si un díadespertamos dándonoscuenta de que somos mayoría?¿Qué pasaría si de prontouna injusticia, sólo una,es repudiada por todos,todos los que somos, todos,no unos, no algunos, sino todos?¿Qué pasaría si en vez deseguir divididos nosmultiplicamos, nos sumamosy restamos al enemigo queinterrumpe nuestro paso?¿Qué pasaría si nosorganizáramos y al mismotiempo enfrentáramossin armas, en silencio,en multitudes, en millones demiradas la cara de losopresores, sin vivas,sin aplausos, sin sonrisas,sin palmadas en los hombros,sin cánticos partidistas,sin cánticos?¿Qué pasaría si yo pidiesepor ti que estás tan lejos,y tú por mí que estoy tan lejos, y ambos porlos otros que están muylejos y los otros pornosotros aunque estemos lejos?¿Qué pasaría si el gritode un continente fueseel grito de todos los continentes?¿Qué pasaría si pusiésemosel cuerpo en vez de lamentarnos?¿Qué pasaría si rompemoslas fronteras y avanzamosy avanzamos y avanzamosy avanzamos?¿Qué pasaría si quemamostodas las banderas paratener sólo una, la nuestra,la de todos, o mejorninguna porque nola necesitamos?¿Qué pasaría si de prontodejamos de ser patriotas paraser humanos?No sé… me pregunto yo:¿Qué pasaría…?” Mario Benedetti (1920–2009) escritor uruguayo De sonrisa , Silencio , De hombres , Pregunta
“Fue mi madre quien me dio a conocer el espíritu sureño en sus más íntimos y delicados aspectos. Mi madre creía que también las flores y los animales soñaban. Cuando éramos pequeños, al llegar la noche, antes de acostarnos, adoptaba su voz de narradora para contarnos que los salmones soñaban con desfiladeros y con oscuros rostros de oso pardo que se cernían sobre el agua cristalina de los rápidos. Los zorros, decía, soñaban que hundían sus colmillos en las espinillas de los cazadores. Mientras dormían, las águilas pescadoras se veían lanzando sus emplumados cuerpos en largas caídas en picado, a cámara lenta, sobre los bancos de arenques. Había amenazadoras alas de búho en las pesadillas de los armiños, lobos del bosque acercándose contra el viento en el reposo nocturno de los alces. Pero jamás llegamos a saber con qué soñaba ella, pues mi madre nos mantuvo siempre al margen de su vida interior. Sabíamos que las abejas soñaban con rosas, que las rosas soñaban con las pálidas manos de las floristas y que las arañas soñaban con polillas atrapadas en sus telas plateadas. Como hijos suyos, fuimos depositarios de los deslumbradores cánticos de su imaginación, pero no sabíamos que las madres soñaran.” Pat Conroy libro The Prince of Tides The Prince of Tides Agua , Noche , Las flores , Los animales
“Lo vi haciendo planes, lo vi bebiendo apoyado en la ventana, lo vi recibiendo a Cesárea Tinajero que venía con una carta de recomendación de Manuel, lo vi leyendo un librito de Tablada, tal vez aquel en donde José Juan dice: "bajo el celeste pavor/ delira por la unica estrella/ el cántico del ruiseñor". Que es como decir, muchachos, les dije, que veía los esfuerzos y los sueños, todos confundidos en un mismo fracaso y ese fracaso se llamaba alegría. - R. Bolaño” Roberto Bolaño libro Los detectives salvajes The Savage Detectives De sueños , Fracaso , Alegría , Esfuerzo