“Y cuando mi cuerpo perezca, mi alma todavía será tuya, Claire. Juropor mi esperanza de ganarme el cielo que no seré separado de ti. Nada sepierde, Sassenach; sólo se transforma.-Eso es la primera ley de la termodinámica -dije secándome la nariz.-No -respondió-. Eso es fe.” Diana Gabaldon libro Drums of Autumn Drums of Autumn
“¿Es verdad.., que no lo olvidaré?Estaba arrodillado a su lado y esperó un momento antes deresponder.-Sí, es verdad -dijo suavemente-, Pero también es verdad que con eltiempo no te importará.-¿No? -Estaba demasiado cansada para seguir preguntándole. Sesentía extrañamente lejana-. ¿Aunque no sea lo bastante fuerte paramatarlo?-Eres una mujer muy fuerte.-No lo soy. Me lo acabas de demostrar, no soy…Una mano en el hombro la detuvo.-No es eso lo que quería decirte -dijo pensativo-, Jenny tenía diez añoscuando murió nuestra madre. -Y al día siguiente del funeral la encontrécon el delantal de mi madre.Había estado llorando como yo. Pero me dijo: «Ve a lavarte, Jamie, voya hacer la comida para ti y para papá».Cerró los ojos y tragó con fuerza.-Sé lo fuertes que pueden llegar a ser las mujeres. Y tú eres muyfuerte, créeme.” Diana Gabaldon libro Drums of Autumn Drums of Autumn
“Pero ¿no te das cuenta de que la noción de la muerte entre nosotros es muy poca cosa, Claire? —susurró.Mis manos se cerraron contra su pecho. No, no pensaba que fuera poca cosa.—Todo el tiempo, cuando me dejaste después de Culloden, estuve muerto, ¿no es así?—Creí que estabas muerto. Por eso…—Dentro de doscientos años seguro que estaré muerto, Sassenach —dijo sonriendo—. A causa de los indios, los animales salvajes, una plaga, la cuerda de la horca o sólo por la bendición de una edad avanzada, pero estaré muerto.—Sí.—Y mientras tú estabas allí, en tu propio tiempo… yo estaba muerto, ¿no?Asentí sin palabras. Incluso ahora puedo mirar hacia atrás y ver el abismo de desesperación en el que aquella partida me sumió y del que salí trepando penosamente centímetro a centímetro.—«El hombre es como la hierba del campo —citó, frotando mis manos—. Hoy florece; mañana se seca y se tira al horno.»Levantó el penacho verde y se lo llevó a los labios, para luego pasarlo por mi boca.—Estaba muerto, Sassenach, y sin embargo todo ese tiempo te amé.Cerré los ojos sintiendo la leve picazón de la hierba en mis labios.—Yo también te amaba —susurré—. Siempre lo hice.—Mientras mi cuerpo y el tuyo vivan, seremos una sola carne —susurró.Sus dedos me tocaron el pelo, la barbilla, el cuello y los pechos; respiré su aliento y lo sentí en mis manos.—Y cuando mi cuerpo perezca, mi alma todavía será tuya, Claire. Juro por mi esperanza de ganarme el cielo que no seré separado de ti. Nada se pierde, Sassenach; sólo se transforma.—Eso es la primera ley de la termodinámica —dije secándome la nariz.—No —respondió—. Eso es fe.” Diana Gabaldon libro Drums of Autumn Drums of Autumn
“Calmar el dolor y el miedo a la muerte servía para atenuar los propios temores.” Diana Gabaldon libro Drums of Autumn Drums of Autumn
“¿Cómo andan? -preguntó, pretendiendo demostrar cierta despreocupación.-¿Quiénes? ¿Te refieres a Brianna y Roger?.-¿A qué otros, si no? -dijo, dejando a un lado sus pretensiones-. ¿Vatodo bien entre ellos?.-Creo que sí. Se están acostumbrando de nuevo el uno al otro.-¿ Lo hacen?.-Sí -dije, mirando de reojo a la cabaña--Roger acaba de vomitar en la falda de Brianna.” Diana Gabaldon libro Drums of Autumn Drums of Autumn