Frases de Ray Bradbury
Ray Bradbury
Fecha de nacimiento: 22. Agosto 1920
Fecha de muerte: 5. Junio 2012
Ray Bradbury [1][2] fue un escritor estadounidense de misterio del género fantástico, terror y ciencia ficción. Principalmente conocido por su obra Crónicas marcianas [3] y la novela distópica Fahrenheit 451 .
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Obras
Frases Ray Bradbury
„Usted no es como los demás. He visto a unos cuantos. Lo sé. Cuando hablo usted me mira. Anoche, cuando dije algo sobre la luna, usted la miró. Los otros nunca harían eso. Los otros se alejarían, dejándome con la palabra en la boca. O me amenazarían. Nadie tiene ya tiempo para nadie.“
— Ray Bradbury, libro Fahrenheit 451
Fahrenheit 451
„Bueno, al fin y al cabo, esta es la era del tejido desechable. Tratamos a la gente como si fueran pañuelos de papel. Los estrujamos después de utilizarlos, los tiramos, cogemos otro, nos sonamos, lo estrujamos, lo tiramos. Todo el mundo usa la ropa de todo el mundo.“
— Ray Bradbury, libro Fahrenheit 451
Fahrenheit 451
Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
„Ya no existe el cohete. Nunca existió. Ni la gente. No hay nadie en todo el universo. Nunca hubo nadie. Ni planetas. Ni estrellas". Eso decía. Y luego algo acerca de sus pies y sus piernas y sus manos: "No mas manos", decía. "Ya no tengo manos. Nunca las tuve. Ni cuerpo. Nunca lo tuve. Ni boca. Ni cara. Ni cabeza. Nada. Solamente espacio. Solamente el abismo".“
— Ray Bradbury, libro El hombre ilustrado
The Illustrated Man
„Quisiera recordar - dijo Ylla rompiendo el silencio y mirando a lo lejos, más allá de la figura de su marido, frío, erguido, de mirada amarilla.
- ¿Qué quisieras recordar? - preguntó el señor K bebiendo un poco de vino.
- Aquella canción - respondió Ylla -, aquella dulce y hermosa canción. Cerró los ojos y tarareó algo, pero no la canción. - La he olvidado y no se por qué. No quisiera olvidarla. Quisiera recordarla siempre.
Movió las manos, como si el ritmo pudiera ayudarle a recordar la canción.
Luego se recostó en su silla.
- No puedo acordarme - dijo, y se echó a llorar.
- ¿Por qué lloras? - le preguntó su marido.
- No sé, no sé, no puedo contenerme. Estoy triste y no sé por qué. Lloro y no sé por qué.
Lloraba con el rostro entre las manos; los hombros sacudidos por los sollozos.
- Mañana te sentirás mejor - le dijo su marido.
Ylla no lo miró. Miró únicamente el desierto vacío y las brillantísimas estrellas que aparecían ahora en el cielo negro, y a lo lejos se oyó el ruido creciente del viento y de las aguas frías que se agitaban en los largos canales. Cerró los ojos, estremeciéndose.
- Sí - dijo -, mañana me sentiré mejor…“
— Ray Bradbury, libro Crónicas marcianas
The Martian Chronicles
„Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un
libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín
plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga
algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, que
tú plantaste, tú estarás allí. «No importa lo que hagas -decía-, en tanto que cambies algo
respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de
que separes de ellos tus manos.“
— Ray Bradbury, libro Fahrenheit 451
Fahrenheit 451
„Hay solo dos cosas con las que uno se puede acostar: una persona y un libro.“
Variante: Hay solo dos cosas con las que uno se puede acostar: Una persona y un libro