Frases sobre adhesión

Una colección de frases y citas sobre el tema del adhesión, ser, mismo, hombres.

Frases sobre adhesión

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“En un orden construido la voluntad de algunos se impone sobre la de otros; algunas opciones predominarán y otras serán relegadas. Los órdenes espontáneos, cualesquiera que sean y hagan lo que hicieren, son siempre intrínsecamente voluntarios. Aquellos que adhieren a las convenciones constitutivas del orden eligen lo que prefieren; la adhesión no es coercitiva. (…)Cuando existe espontaneidad el orden mismo es una opción preferida e irrestricta, mientras que en el constructivismo la opción puede ser forzada.”

Anthony de Jasay (1925–2019)

Fuente: Libertas: revista semestral de ESEADE., Números 22-23. Colaborador ESEADE (School). Editor ESEADE, 1995. Página 4. https://books.google.es/books?id=7DxHAAAAYAAJ&q=En+un+orden+construido+la+voluntad+de+algunos+se+impone+sobre+la+de+otros;+algunas+opciones+predominar%C3%A1n+y+otras+ser%C3%A1n+relegadas.+Los+%C3%B3rdenes+espont%C3%A1neos,+cualesquiera+que+sean+y+hagan+lo+que+hicieren,+son+siempre+intr%C3%ADnsecamente+voluntarios.+Aquellos+que+adhieren+a+las+convenciones+constitutivas+del+orden+eligen+lo+que+prefieren;+la+adhesi%C3%B3n+no+es+coercitiva&dq=En+un+orden+construido+la+voluntad+de+algunos+se+impone+sobre+la+de+otros;+algunas+opciones+predominar%C3%A1n+y+otras+ser%C3%A1n+relegadas.+Los+%C3%B3rdenes+espont%C3%A1neos,+cualesquiera+que+sean+y+hagan+lo+que+hicieren,+son+siempre+intr%C3%ADnsecamente+voluntarios.+Aquellos+que+adhieren+a+las+convenciones+constitutivas+del+orden+eligen+lo+que+prefieren;+la+adhesi%C3%B3n+no+es+coercitiva&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjWk7yrsM_lAhWBAWMBHTI8D0IQ6AEIKDAA Consultado el 4 de noviembre de 2019
Fuente: El carro delante del caballo.

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“Aquel gentío, aquellos gritos, 《¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!》, aquellas banderas españolas… Nadie trabajaba esa tarde. Las empresas habían dado permiso a sus empleados para ir a recibir al 《salvador》de la patria. Y la gente, como una alfombra extendida sobre las calles, lo llenaba todo, hasta el último rincón. ¿La misma gente que había luchado por la República? ¿La misma cuyos padres, maridos o hijos habían caído en el frente? ¿La misma que soportó los atroces bombardeos que buscaban crear el máximo miedo en la población civil? ¿La misma que pasó hambre y frío? Aquella mañana del 26 de enero de 1939, viendo a las tropas victoriosas entrando por la Diagonal, se preguntó de dónde sacaban los supervivientes las banderas, y si el entusiasmo y la alegría eran reales o un simple alivio por el fin de la guerra. Habían pasado poco más de diez años y todo seguía igual o… Banderas, saludos fascistas, gritos de adhesión al vencedor.
¿Tan rápido el olvido?
¿Tanta necesidad de paz a cualquier precio?
¿Tanto miedo que masticar y tragar con tal de seguir adelante?
¿Y los más de cien mil cadáveres enterrados en cunetas y montañas, fosas comunes y cementerios, a la espera de un tiempo mejor en el que volver a merecer un respeto y recuperar su dignidad, mientras el régimen seguía fusilando y aumentando la cuenta?
El dictador volvía por tercera vez a Barcelona y allí estaba la ciudad rendida a sus pies.
Tal vez los que permanecían en sus casas fueran más numerosos, mucho más, pero ellos callaban.
También lo hacían algunos de los presentes, obligados a presenciar toda aquella parafernalia porque si no podían ser represaliados por sus empresas, que en caso de estar lejos habían puesto autocares para la movilidad de sus empleados. Era un día sin excusas. Hasta los enfermos debían curarse milagrosamente.”

Jordi Sierra i Fabra (1947) escritor y periodista
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