“Hansel y Gretel descubrieron la casita de pan de jengibre cerca de 45 minutos después de que descubrieran los hongos.” George Carlin (1937–2008) Mónologista, cómico y escritor estadoudinense
“EL PRIVILEGIO DE PENSAR¡Ah, reconcentrarse, y pensar!Decirse, esto es, ahora piensosentado sobre el banco junto a la ventanilla amiga.¡Puedo pensar! Quema los ojos, el rostro,por la verriondez de Piazza Vittorio,la mañana, y mísero, adhesivo,mortifica el olor del carbónla avidez de los sentidos: un dolor terriblepesa en el corazón, así de nuevo vivo.Bestia vestida de hombreniño arrojado solo al mundo,con su abrigo y sus cien liras,heroico y ridículo me voy a trabajar,yo también, para vivir… Poeta, es verdad,pero mientras heme aquí en este tren,cargado tristemente de empleadoscomo por broma, blanco de cansancio,heme aquí sudando mi salario,dignidad de mi falsa juventud,miseria de quienes con humildad internay aspereza ostentada me defiendo…¡Pero pienso! Pienso, en el rincón amigo,en la íntegra mediahora del recorrido,desde San Lorenzo a las Capannelle,desde las Capannelle hasta el aeropuerto,pensando, buscando infinitas leccionesen un solo verso, en un trocito de verso.¡Qué estupenda mañana! ¡A ninguna otraigual! Ahora hijos de débilneblina, ignorada detrás de los murallonesdel acueducto, recubiertode casitas pequeñas como perreras,y calles arrojadas allá, abandonadas,frecuentadas sólo por aquella pobre gente.Ahora arrebatos de sol, sobre praderas de grutasy cuevas, barroco natural, con verdesextendidos por un Corot pordiosero: ahora soplos de orosobre las pistas donde con deliciosas grupas marronescorren los caballos, montados por muchachosque parecen aún más jóvenes, y no sabencuánta luz en el mundo hay en torno a ellos.” Pier Paolo Pasolini (1922–1975) escritor, poeta y director de cine italiano Poems De gente , De verdad , De juventud , De mundo
“Blanca, en cambio, se había acostumbrado a vivir sola. Terminó por encontrar pazen sus quehaceres de la gran casa, en su taller de cerámica y en sus Nacimientos deanimales inventados, donde lo único que correspondía a las leyes de la biología era laSagrada Familia perdida en una multitud de monstruos. El único hombre de su vida eraPedro Tercero, pues tenía vocación para un solo amor. La fuerza de eseinconmovible sentimiento la salvó de la mediocridad y de la tristeza de su destino.Permanecía fiel aun en los momentos en que él se perdía detrás de algunas ninfas depelo lacio y huesos largos, sin amarlo menos por ello. Al principio creía morir cada vezque se alejaba, pero pronto se dio cuenta de que sus ausencias duraban lo que unsuspiro y que invariablemente regresaba más enamorado y más dulce. Blanca preferíaesos encuentros furtivos con su amante en hoteles de cita, a la rutina de una vida encomún, al cansancio de un matrimonio y a la pesadumbre de envejecer juntoscompartiendo las penurias de fin de mes, el mal olor en la boca al despertar, el tediode los domingos y los achaques de la edad. Era una romántica incurable. Alguna veztuvo la tentación de tomar su maleta de payaso y lo que quedaba de las joyas delcalcetín, e irse con su hija a vivir con él, pero siempre se acobardaba. Tal vez temíaque ese grandioso amor, que había resistido tantas pruebas, no pudiera sobrevivir a lamás terrible de todas: la convivencia. Alba estaba creciendo muy rápido y comprendíaque no le iba a durar mucho el buen pretexto de velar por su hija para postergar lasexigencias de su amante, pero prefería siempre dejar la decisión para más adelante.En realidad, tanto como temía la rutina, la horrorizaba el estilo de vida de PedroTercero, su modesta casita de tablas y calaminas en una población obrera, entrecientos de otras tan pobres como la suya, con piso de tierra apisonada, sin agua y conun solo bombillo colgando del techo. Por ella, él salió de la población y se mudó a undepartamento en el centro, ascendiendo así, sin proponérselo, a una clase media a lacual nunca tuvo aspiración de pertenecer. Pero tampoco eso fue suficiente para Blanca.El departamento le pareció sórdido, oscuro, estrecho y el edificio promiscuo. Decía queno podía permitir que Alba creciera allí, jugando con otros niños en la calle y en lasescaleras, educándose en una escuela pública. Así se le pasó la juventud y entró en lamadurez, resignada a que los únicos momentos de placer eran cuando salíadisimuladamente con su mejor ropa, su perfume y las enaguas de mujerzuela que aPedro Tercero cautivaban y que ella escondía, arrebolada de vergüenza, en lo mássecreto de su ropero, pensando en las explicaciones que tendría que dar si alguien lasdescubría. Esa mujer práctica y terrenal para todos los aspectos de la existencia,sublimó su pasión de infancia, viviéndola trágicamente. La alimentó de fantasías, la idealizó, la defendió con fiereza, la depuró de las verdades prosaicas y pudo convertirlaen un amor de novela.” Isabel Allende libro La casa de los espíritus The House of the Spirits Nacimiento , Ropa , Decisión , Agua
“Todos tenemos problemas económicos. Pero yo, la verdad, nunca me he preocupado por la parte económica. La base que tengo es que nacimos desnudos y así nos vamos. Le agradezco a Dios que tengo qué ponerme en los pies, un par de pantaloncillos, unos pantalones, una camisa. Y hasta de pronto un cachaquito para estar bien presentado. A mí eso nunca me ha faltado. Llegué sin tener una casa, ahora tengo una casita. Llegué sin tener carro, ahora lo tengo. Entonces le doy gracias a Dios. Tengo poco y ese poco que tengo me hace poca falta. Entonces vivo bien, vivo tranquilo. Me han puesto como el más rico del mundo, me han puesto el más pobre del mundo. Pero verdaderamente, sí soy rico, muy rico, porque tengo dos pies, dos piernas, unas manos, tengo fe en Dios. Por eso soy rico.” René Higuita (1966) futbolista colombiano De arte , De fe , De mundo , De verdad
“Si no desarrollas una cultura democrática constante y viva, capaz de implicar a los candidatos, ellos no van a hacer las cosas por las que los votaste. Apretar un botón y luego marcharse a casita no va a cambiar las cosas.” Noam Chomsky (1928) lingüista, filósofo y activista estadounidense Ambiciones Imperiales) De paz
“¿A qué se debe que todas las mujeres piensan que la finalidad de su vida es tener un maridito y una casita gris en el oeste? ¿Qué clase de finalidad es ésa? ¿Por qué ha de ser ésa la finalidad de la vida?” David Herbert Lawrence libro Women in Love Women in Love De vida , De mujeres