Frases sobre hinchada

Una colección de frases y citas sobre el tema del hinchada, obra, bien, grano.

Frases sobre hinchada

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“Comentarles brevemente que fue una temporada que terminó muy mal, realmente terminó muy mal. No podemos ignorar cómo terminó. Sería un engaño valorar el desarrollo porque el cierre fue muy malo, sinceramente fue muy malo. Me hago absolutamente responsable de cómo cerramos y les digo claramente porque nosotros jugamos un gran partido contra Portugal y de ahí adelante todo fue negativo. El partido de ayer lo confirma desde mi óptica, porque los jugadores emblema interiormente de mi forma de pensar, de mi forma de sentir el fútbol, el caso de De Marcos, Amorebieta, Susaeta, Muniain, que es un tipo con el que yo sintonizo emotivamente en la misma onda, no estuvieron a la altura del partido. En un grupo de 20 jugadores, hay jugadores que se parecen de lo que vos quieren, y hay jugadores que se diferencian a lo que vos quieren. Pero todos son útiles y entre todos hicimos esfuerzos enormes por conseguir las cosas muy importantes que conseguimos. Pero, muchachos, no estuvimos a la altura de la ilusión que generamos. Es una cicatriz, una herida, yo ayer escuchaba en el colectivo (autobús), conversaciones, risas. Me parece inadmisible, muchachos, movilizar un pueblo, decepcionar a un pueblo, no estar a la altura de la ilusiones que generaron porque yo estoy verdaderamente avergonzado de haber decepcionado a la afición del Athletic de Bilbao. Porque no pierdan de vista, muchachos, que la decepcionamos. Es verdaderamente un fracaso y es una temporada negativa. Porque vos si juegan dos finales, las pueden perder, no 3-0, sino 5-0. Las pueden perder, no hay ningún problema. ¡Pero perder las dos finales como las perdimos, muchachos! Sinceramente, no sé cómo lo ven ustedes. Si lo del Atlético de Madrid, fue malo, lo de ayer fue muchísimo peor. Y yo cuando les digo soy responsable, nosotros jugamos el partido contra el Barcelona sabiendo a qué Barcelona íbamos a enfrentar, sabiendo qué tipo de juego teníamos que neutralizar, no nos sorprendió absolutamente nada. Todo lo que creímos que iba a pasar y nos preparamos para neutralizar, es lo que pasó. Entonces, tengan bien claro muchachos, pero téngalo bien claro y no lo tomen como un dibujo, que el responsable soy yo y así lo siento. Lo siento de ese modo, pero ustedes no ignoren que no se puede decepcionar a un pueblo, a parte un pueblo tan ingenuo, tan ingenuo, que va perdiendo tres a cero con una herida abierta y ustedes hacen una jugada mínimamente positiva y se les aplaude al minuto ochenta. Es un pueblo tan extraordinario, muchachos, tan extraordinario, tan extraordinario y ustedes son un desprendimiento de ese pueblo. Ustedes son ese pueblo. Ustedes son la misma clase de gente de la que estamos hablando. Gente extraordinaria, pero lamentablemente, muchachos, no estuvimos a la altura. Yo estoy avergonzado, avergonzado, porque haber jugado el partido que jugamos contra el Sporting de Lisboa… Y de ahí adelante, cuando todos los objetivos estaban logrados, donde había que demostrar grandeza, fuerza, personalidad, la confianza en uno mismo…Reforzar todo lo que habíamos hecho, hicimos todo lo contrario. Les insisto. Cuando yo les digo que me siento responsable, yo no me sentiría responsable si hubiera manejado un grupo que no obedeció, que no sintió, que no se dejó convencer, que abrió grietas internas, pero esto fue todo lo contrario. Los que no jugaron, muchachos, a los Zuabiaurre, a los Koikili, a los Aitor Ocio, tipos que podrían haber hinchado los huevos. Todo el mundo encolumnado atrás del proyecto de lo que yo estaba proponiendo. Yo no tengo que reclamarle nada a nadie, pero por el bien de ustedes, por el futuro de ustedes, tengo la obligación de decirles eso: han decepcionado a un pueblo que no lo merecía y no hacía faltar salir campeón para no decepcionar. Téngalo claro. Hacía falta como les dije ayer: en vez de tener miedo a perder jugar para ganar. No jugamos para ganar, no jugamos para ganar ayer y no jugamos para ganar con el Atlético. Porque para jugar, para ganar, muchachos, hay que hacer lo que uno planeó que había que hacer, creyendo que eso te iba a permitir el triunfo. Y nosotros no hicimos eso. Ya todo es pasado, ya no hay partidos para ver, ni cosas para analizar, ni cabezas que ordenar, ni mensajes que dar. Ya la oportunidad la dejamos pasar. Y aparte también tengan conciencia de que son muy jóvenes, son muy jóvenes, son millonarios prematuros, no tienen problemas, no les importa mayormente lo que va a pasar, porque todo el mundo tiene resuelto lo que va a pasar.”

Marcelo Bielsa (1955) futbolista y entrenador de fútbol argentino

Fuente: http://www.eitb.com/es/deportes/futbol/athletic/detalle/966844/discurso-integro-bielsa-sus-jugadores-perder-final-copera/

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“El dramaturgo cuyas obras maestras nunca tienen éxito debería considerar con calma la hipótesis de que sus obras son malas; no debería rechazarla de antemano por ser evidentemente insostenible. Si descubre que encaja con los hechos, debería adoptarla como haría un filósofo inductivo. Es cierto que en la historia se han dado casos de mérito no reconocido, pero son mucho menos numerosos que los casos de mediocridad reconocida. Si un hombre es un genio a quien su época no quiere reconocer como tal, hará bien en persistir en su camino aunque no reconozcan su mérito. Pero si se trata de una persona sin talento, hinchada de vanidad, hará bien en no persistir. No hay manera de saber a cuál de estas dos categorías pertenece uno cuando le domina el impulso de crear obras maestras desconocidas. Si perteneces a la primera categoría, tu persistencia es heroica; si perteneces a la segunda, es ridícula. […] En el auténtico artista, el deseo de aplauso, aunque suele existir y ser muy fuerte, es secundario, en el sentido de que el artista desea crear cierto tipo de obra y tiene la esperanza de que dicha obra sea aplaudida, pero no alterará su estilo aunque no obtenga ningún aplauso. En cambio, el hombre cuyo motivo primario es el deseo de aplauso carece de una fuerza interior que le impulse a un modo particular de expresión, y lo mismo podría hacer un trabajo diferente.”

Bertrand Russell (1872–1970) filósofo, matemático, lógico y escritor británico
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