Frases de Epicteto

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“Primero descubre lo que quieres ser; luego haz lo que tengas que hacer.”

“Solo los enseñados son libres”

“Si te dicen que alguien habló mal de ti, no te defiendas, sino di: parece que no conoce mis otros defectos porque, si no, no habría mencionado solamente ésos.”

“Porque el dolor y la muerte no son terribles, sino el miedo al dolor o a la muerte.”

“Los hombres no se perturban por las cosas, sino por la opinión que tienen de éstas.”

“La felicidad sólo puede ser hallada en el interior.”

“La felicidad no consiste en desear cosas sino en ser libre.”

“Sólo existe una forma de felicidad, que es dejar de preocuparnos por aquellas cosas que estén más allá del poder de nuestro deseo.”

“No pretendas que las cosas ocurran como tu quieres. Desea, más bien, que se produzcan tal como se producen, y serás feliz.”

“El alma es como una ciudad sitiada: detrás de sus muros resistentes vigilan los defensores. Si los cimientos son fuertes, la fortaleza no tendrá que capitular.”

“El hombre sabio no debe abstenerse de participar en el gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y una cobardía ceder el paso a los indignos.”

“Sobre todo, no hablemos jamás de los hombres para denigrarlos, ensalzarlos o compararlos.”

“Yo veo bastantes hombres que publican las máximas de los estoicos, pero no veo un verdadero estoico. Manifiéstame, pues, uno; uno es el que pido. Un estoico, esto es, un hombre que en la enfermedad se crea dichoso, que en el peligro se crea dichoso, que en un destierro se crea dichoso, que despreciado y calumniado se crea dichoso. Si no puedes manifestarme un estoico perfecto y acabado, muéstrame uno, aunque imperfecto, y no envidies a un viejo como yo, esa gran dicha que te confieso no he podido gozar todavía.”

“La primera misión del filósofo es despojarse de todo engreimiento. Pues es imposible que un hombre aprenda lo que cree que sabe.”

“Un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la vida con una sola esperanza.”

“La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad.”

“Si quieres ser bueno, cree primero que eres malo.”

“El origen de la filosofía es percatarse de la propia debilidad e impotencia.”

“Engrandecerás a tu pueblo no elevando los tejados de sus viviendas, sino las almas de sus habitantes.”

“¿Qué ganarías con injuriar a una piedra que es incapaz de oírte? Pues bien, imita a la piedra y no oigas las injurias que te dirijan tus enemigos.”

“¿He de preocuparme por el lugar en que me halle o por los compañeros que tenga o por lo que ellos digan de mí? De ninguna manera. Por el contrario, ¿no deberá esforzarse todo mi ser por seguir a Dios, sus leyes y mandamientos?”

“Los cuervos arrancan los ojos a los muertos cuando ya no les hacen falta; pero los aduladores destruyen las almas de los vivos cegándoles los ojos.”

“La vida es demasiado corta, y tienes cosas importantes que hacer.”

“Para alcanzar la libertad sólo hay un camino: el desprecio de las cosas que no dependen de nosotros.”

“No está en nuestras manos el ser ricos, pero sí el ser felices. Además, las riquezas no son siempre un bien, sobre que suelen ser poco duraderas. En cambio, la felicidad que proviene de la sabiduría dura siempre.”

“Acusar a los demás de los infortunios propios es un signo de falta de educación. Acusarse a uno mismo demuestra que la educación ha comenzado.”

“El error del anciano es que pretende enjuiciar el hoy con el criterio del ayer.”

“El que tiene suerte, encuentra en el yerno un hijo; el que no la tiene, pierde una hija.”

“Acuérdate que debes comportarte en la vida como en un banquete. Si se pone algún plato delante de ti, puedes meter la mano y tomar honestamente tu parte; si sólo pasa por delante de ti, guárdate bien de detenerlo o de meter la mano en él temerariamente: antes, espera apacible a que vuelva a ti. Lo mismo debes hacer para con tu mujer, tus hijos, las dignidades, las riquezas y todas las otras cosas de este género. Porque por este medio te harás merecedor de comer a la mesa de los dioses. Empero, si eres tan generoso que rehúses también lo que te presentan, no solamente serás digno de comer a la mesa de los dioses, sino que merecerás tener parte en su poder.”

“No es la pobreza la que aflige, sino la avaricia; así como no son las riquezas las que preservan de todo temor, sino la razón.”

“No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo.”

“No son las cosas que nos pasan las que nos hacen sufrir, sino lo que nos decimos sobre estas cosas.”

“Si dicen mal de ti con fundamento, corrígete; de lo contrario, échate a reír.”

“La conclusión final de esta filosofía es que el bien y el mal se relacionan exclusivamente con nuestra prohairesis, es decir: con nuestro libre albedrío, por lo que no dependen de las cosas externas o circunstanciales. En otras palabras, somos nuestro propio bien y nuestro propio mal, más allá de las circunstancias, puesto que la facultad de elegir en nuestro libre albedrío. Somos nosotros los que elegimos. Tenemos la facultad de elegir entre el bien y el mal y, por lo tanto, somos responsables por nuestro propio Destino ya que el mismo está en nuestras propias manos. No así la Fatalidad, que es lo que "nos sucede" y que responde a causas externas fuera de nuestro control, mientras que al Destino lo vamos construyendo con las cosas que hacemos suceder porque las elegimos.
[Prólogo de Denes Martos]”

“Cuando estés de noche en tu habitación, aun cuando tengas las puertas y las ventanas cerradas y apagada la luz, no digas que estás solo: nunca se está solo.”

“Es más difícil que una persona rica sea modesta a que una persona modesta sea rica.”

“Oh, Dios, hágase de mí tu voluntad. Mi parecer se identifica con el tuyo. Te pertenezco. No pido dispensa de nada que a tus ojos aparezca bueno. Llévame adonde quieras, vísteme con el traje que quieras…”

“Recuerda que no eres aquí sino el actor de un drama, el cual será breve o largo según la voluntad del poeta.”

“Toda la filosofía se basa en dos palabras: sustentarse y abstenerse.”

“Cuando hayas de sentenciar procura olvidar a los litigantes y acordarte sólo de la causa.”

“La envidia es el adversario de los más afortunados.”

“Lo que tú evitas sufrir no lo hagas sufrir a otros.”

“In general, any methods of discipline applied to the body which tend to modify its desires or repulsions, are good—for ascetic ends. But if done for display, they betray at once a man who keeps an eye on outward show; who has an ulterior purpose, and is looking for spectators to shout, "Oh what a great man!" This is why Apollonius so well said: "If you are bent upon a little private discipline, wait till you are choking with heat one day—then take a mouthful of cold water, and spit it out again, and tell no man!"”

“Think you to be a philosopher while acting as you do? think you to go on thus eating, thus drinking, giving way in like manner to [your own] wrath and to displeasure? Nay you must watch, you must labor; overcome certain desires; quit your familiar friends, submit to be despised by your slave, to be held in derision by them that meet you, to take the lower place in all things, in office, in positions of authority, in courts of law. Weight these things fully, and then, if you will, lay to your hand; if as the price of these things you would gain Freedom, Tranquility, and passionless Serenity.”

“The anger of an ape—the threat of a flatterer—these deserve equal regard.”

“Dare to look up to God and say, "Make use of me for the future as Thou wilt. I am of the same mind; I am one with Thee. I refuse nothing which seems good to Thee. Lead me whither Thou wilt. Clothe me in whatever dress Thou wilt."”

“Do not give sentence in another tribunal till you have been yourself judged in the tribunal of Justice.”

“It is unlikely that the good of a snail should reside in its shell: so is it likely that the good of a man should?”

“Every art and every faculty contemplates certain things as its principal objects.”

“Exceed due measure, and the most delightful things become the least delightful.”

“A man should also be prepared to be sufficient unto himself—to dwell within himself alone, even as God dwells with Himself alone… So should we also be able to converse with ourselves, to need none else beside, to sigh for no distraction, to bend our thoughts upon the Divine Administration, and how we stand related to all else; to observe how human accidents touched us of old, and how they touch us now; what things they are that still have power to hurt us, and how they may be cured and removed; to perfect what needs perfecting as Reason would direct.”

“Practice yourself, for heaven's sake, in little things; and thence proceed to greater.”

“Fortify thyself with contentment: that is an impregnable stronghold.”

“Men are disturbed, not by things, but by the principles and notions which they form concerning things.”

“No thing great is created suddenly, any more than a bunch of grapes or a fig. If you tell me that you desire a fig, I answer you that there must be time. Let it first blossom, then bear fruit, then ripen.”

“To you, all you have seems small: to me, all I have seems great. Your desire is insatiable, mine is satisfied. See children thrusting their hands into a narrow-necked jar, and striving to pull out the nuts and figs it contains: if they fill the hand, they cannot pull it out again, and then they fall to tears.—'Let go a few of them, and then you can draw out the rest!'—You, too, let your desire go! covet not many things, and you will obtain.”

“Nature hath given men one tongue but two ears, that we may hear from others twice as much as we speak.”

“When one maintains his proper attitude in life, he does not long after externals. What would you have, O man?”

“Remember that it is not he who gives abuse or blows who affronts, but the view we take of these things as insulting. When, therefore, any one provokes you, be assured that it is your own opinion which provokes you.”

“A ship should not ride on a single anchor, nor life on a single hope.”

“Let thy speech of God be renewed day by day, aye, rather than thy meat and drink.”

“If a person gave your body to any stranger he met on his way, you would certainly be angry. And do you feel no shame in handing over your own mind to be confused and mystified by anyone who happens to verbally attack you?”

“Things true and evident must of necessity be recognized by those who would contradict them.”

“Even as the Sun doth not wait for prayers and incantations to rise, but shines forth and is welcomed by all: so thou also wait not for clapping of hands and shouts and praise to do thy duty; nay, do good of thine own accord, and thou wilt be loved like the Sun.”

“Be not swept off your feet by the vividness of the impression, but say, "Impression, wait for me a little. Let me see what you are and what you represent. Let me try you."”

“Since it is Reason which shapes and regulates all other things, it ought not itself to be left in disorder.”

“My brother ought not to have treated me thus.' True: but he must see to that. However he may treat me, I must deal rightly by him. This is what lies with me, what none can hinder.”

“It is more necessary for the soul to be cured than the body; for it is better to die than to live badly.”

“For he who is unmusical is a child in music; he who is without letters is a child in learning; he who is untaught, is a child in life.”

“"But to be hanged—is that not unendurable?" Even so, when a man feels that it is reasonable, he goes off and hangs himself.”

“Till then these sound opinions have taken firm root in you, and you have gained a measure of strength for your security, I counsel you to be cautious in associating with the uninstructed. Else whatever impressions you receive upon the tablets of your mind in the School will day by day melt and disappear, like wax in the sun. Withdraw then somewhere far from the sun, while you have these waxen sentiments.”